Quizás a ti no te suceda lo mismo, pero yo estoy toda envalentonada, con los súper poderes de los 40 y dispuesta a todo. "Me dejaré llevar, viviré plenamente, me querré por encima de todas las cosas...", hasta que las circunstancias me delatan. De pronto se vislumbra una situación en la que sería fantástico zambullirse. Con un tonteo previo más largo de lo que cabría esperar pero, lejos de desear cerrar los ojos, cada vez estoy más alerta. Me encuentro en el borde de la misma piscina en la que ya me he bañado otras veces, incluso en ocasiones me he lanzado desde el trampolín sin asegurarme primero de si estaba llena o no. Unas veces la visión era engañosa, pero salté, solo para descubrir que no había agua dentro. Y aunque esas caídas ya no me duelen, el miedo desde este mismo borde no se ha reducido ni un ápice. A tenor de lo que ahora te cuento, puede que creas que no sabía lo que decía cuando describía esas ganas de vivir, de sentir y de descubrir que tanto me motivan en mi...
En este blog voy a hablar de barbaridades, de todas las que me apetezca. Comentaré situaciones de todo tipo, mi experiencia con Tinder, los achaques que me surjan y todo lo que me dé la gana.