¿No estará bien ya?
A finales de este mes de septiembre se cumplirán 200 días desde aquel fatídico 14 de marzo en el que comenzó todo esto y quizás es hora ya de normalizar nuestras cabezas, más concretamente la mía.
¿Qué tengo entre manos? Varias cosas. He pensado que es hora de relajarme un poco, reconozco que desde que empezó la desescalada no he estado muy centrada. Con el sueño alterado, las comidas a deshoras y una falta generalizada de disciplina horaria... Cosas que, personalmente, no me satisfacen.
Ya he comprobado que tengo más fuerza de la que creía, sobre todo tras estar siete días sin comer, con esa sensación de renovación que aún creo sentir y por eso voy a aprovechar este momento para resetear mis hábitos y, con paciencia, adquirir otros nuevos.
Este nuevo foco sobre mí va a evitar que "otros" puedan adquirir protagonismo también, es normal ¿no te parece? Eso de que somos multitarea está sobrevalorado y no es del todo realista. Tener diferentes variables a la vez en el punto más alto de nuestras prioridades es muy complicado ¿puedes atender con la misma intensidad a la letra de una canción y a los diálogos de una película al mismo tiempo? Sin duda no, al final te decantarás por una de las dos.
Así que, bueno, esta vez me elijo a mí y me advierto ya de entrada que voy a vigilarme muy de cerca, así que espero comportarme y seguir con el plan. Tengo objetivos ambiciosos para conmigo y ya es hora de conquistar algunas metas que se me resisten.
Creo que haré como Samanta Villar y empezaré con un propósito de 21 días y espero que, después de todos estos esfuerzos que me esperan, pueda desactivar un poco la intensidad y seguir por inercia ¡quién sabe! Quizás si sale todo bien este cambio de paso a otros nuevos...
¿Parejas? Bueno, sigo en Tinder, aunque a veces no entro durante semanas y otras estoy a tope durante varios días. El resultado o, mejor dicho, el balance no acaba de gustarme, pero es posible que yo esté transmitiendo el mensaje equivocado.
De momento voy a aparcar el tema de la pareja porque no puedo dedicarle tiempo ahora y lo dejaré solo en diversiones esporádicas. Sin rollos, sin problemas, sin compromisos y sin obligaciones. A veces los hombres precisan demasiada energía, pero luego no saben responder a ella, nos confunden y nos marean.
Después está la edad, con 40 es casi imposible encontrar a alguien que no tenga hijos y claro, los niños están bien y es genial que existan tipos que realmente sean buenos padres, pero nunca estaremos en igualdad de condiciones. Aunque para mí ese hombre fuera el primero en mi vida, yo nunca lo sería de la suya, porque él siempre antepondría a sus hijos. Al menos así debería ser. Y más complicado que eso sería que la relación prosperase y hubiera convivencia ¿te ha ocurrido alguna vez? Creo que preferiría evitarlo.
En cuanto al trabajo, necesito organizarme ¡cómo no! Septiembre ha empezado muy fuerte y estoy aparcando cosas que ya debería haber puesto en marcha, por lo que estos aspectos también van a formar parte de mi objetivo de 21 días.
Y el tercer pilar va a ser mi condición física ¡vamos! Hace apenas 5 o 6 años salía a entrenar y corría más de 20 km o hacía sentadillas con 50 kilos o entrenaba con sacos de arena y hasta me atrevía con triatlones ¿qué ha pasado con todo eso? Yo me levantaba temprano cada día y a las 7:00 de la mañana empezaba a entrenar, pero después volvía al gimnasio a las 19:00 para hacer halterofilia. Practicaba cross fit, pero mucho antes de eso hacía boxeo, kick boxing o taekwondo.
No es puede vivir siempre en el pasado, pero cuando pienso en cómo he cambiado me avergüenzo un poco, no puedo evitarlo y ya hace demasiado tiempo que me divorcié como para seguir achacando mi falta de ganas a una mala etapa de mi vida ¡se acabó! ¡Fin!
El lunes empiezan mis 21 días, nuevo experimento ¿qué piensas? ¿Lo conseguiré? ¿Te has sentido reflejado o reflejada? ¿Quieres que compartamos esta experiencia?
¡Adelante!
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