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Escribir como refugio: cuando las palabras te sostienen

¿Qué puedo decirte yo de escribir? Pues que es un refugio sí, pero muchas más cosas, porque también te ayuda a plasmar ideas, a ordenarlas, a conocer pensamientos profundos, a conectar conmigo misma, a dar formato a todo eso que llevamos dentro. Yo empecé a escribir a los 9 o 10 años y lo hacían en un pequeño diario que me compró mi madre. Al principio era como una especie de obligación, porque ella me dijo que en los diarios había que escribir todos los días las cosas que te habían pasado, pero eso era mucho forzar ¿qué podía pasar a esa edad? Pues que el colegio fuera mejor o peor o alguna discusión esporádica con mis amigas durante el recreo.  Por eso empecé a escribir de forma más espaciada y cuando de verdad me apetecía registrar alguna experiencia. Eso enriqueció mucho mis anotaciones y contribuyó a que le cogiera el gusto, de hecho me encantaba y, aunque no conservo ninguno de aquellos diarios, yo misma le pedí otro a mi madre cuando agoté todas las páginas del primero. Escr...
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La maternidad después de los 40: crecer mientras crías

La década de los 40 es sin duda maravillosa, porque aúna ese estado maduro de la mente, una cantidad más que suficiente de experiencias vitales, un temple, una mayor capacidad de integración, más flexibilidad y un estado más reflexivo que nos ayuda a escuchar más conscientemente y a tomar mejores decisiones (en la mayor parte de los casos). En los 40 años empieza una nueva etapa. También es un buen momento para poner tu vida patas arriba, para hacer locuras, para hacer cambios, para aprender mil cosas, para viajar, para reír y para disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece. Ahora, parece que la maternidad (cada vez más tardía) encuentra en la década de los 40 su momento mágico para un desarrollo óptimo. Una maternidad tardía, sí, que algunos tachan como geriátrica pero que está demostrando ser una de las opciones más viables para muchas mujeres y parejas que necesitaban un punto adicional de seguridad emocional y financiera para lanzarse a la aventura de tener hijos. Mi maternidad ta...

Cambiar por dentro: el cuerpo, la mente y el espejo de los 40s

Mi hija ya ha cumplido dos añitos y juntas hemos dejado atrás momentos de todo tipo, aprendiendo constantemente la una de la otra y explorando este mundo tan grande y maravilloso. Esta etapa con ella y, conmigo misma, ha sido fantástica y siento que todo lo que he hecho en este tiempo y todas las decisiones que he tomado, buenas, mejores y peores, han sido realmente constructivas y necesarias. Porque lo cierto es que curarse lleva su tiempo y con cariño y compasión todo es posible, además, ella es una niña preciosa, feliz y perfecta y eso me llena de amor y de fuerzas. Ser madre es algo muy exigente; en el momento en el que ves ese positivo tu vida cambia por completo y ya empieza a girar entorno a ese futuro bebé. Cambias tu alimentación, cambias tus costumbres, empiezas a estudiar todo tipo de cosas, empiezan las revisiones y consultas médicas (con sus analíticas, vitaminas y recomendaciones diarias) y cambia nuestro proyecto vital. Y, en el otro lado de la moneda, están las cosas a ...

Cómo una rutina puede cambiar tu vida (aunque no lo creas)

Así es, tu rutina es más poderosa de lo que crees y tiene una cierta capacidad sanadora, aunque parezca que siempre usemos esta palabra con connotaciones peyorativas: la rutina. Es como decir "otra vez lo mismo", ¿no suena a algo así? Si tú también piensas de esta forma, vamos a ver si juntas podemos darle la vuelta a la maltrecha rutina y encontrar su utilidad práctica y funcional en tu vida. Cómo me salvó la rutina en plena pandemia Déjame contarte que, durante la pandemia, a mí me salvo la rutina y me aportó lucidez mental, estructura y propósito. Entonces descubrí los beneficios de una rutina diaria: estructura, enfoque y bienestar emocional. Porque en aquellos días encerrados en casa, además del desconcierto, los divorcios, las peleas y los insomnios estaban a la orden del día. De hecho, la simple (y no tan simple) prohibición de salir de casa, salvo en las situaciones imprescindibles (comprar y pasear al perro), nos estaba desquiciando. Primero, porque nunca habíamos vi...

Vivir en un pueblo con calma: maternidad, silencio y raíces

Vivir en un pueblo es una idea que a muchos de nosotros nos resultaba cada vez más atractiva, sobre todo después de la pandemia, pero no necesariamente motivada por eso. También el bullicio, los precios, la escasez de oferta inmobiliaria y otros factores han influido. Y sí, déjame decirte que siempre es una buena idea, aunque no apta para todo el mundo. La vida rural funciona a otro ritmo y eso se respira en el aire, sin duda. En algunos aspectos, es como trasladar tu paz mental a tu contexto más cercano o retroalimentar esa paz interior con un exterior acorde e inspirador. Al final ambas cosas pueden ser dependientes. Además, en la mayor parte de los pueblos hay un porcentaje de viviendas que solo se usan los fines de semana (o en vacaciones), por aquellos que huyen de las ciudades y prefieren pasar sus días de descanso en entornos más tranquilos y que les ayuden a desconectar, a dormir mejor y a disfrutar de una tranquilidad que no es fácil encontrar en los entornos urbanos. Y eso se...

Hoy vamos a hablar de sexualidad consciente y con calma para cuarentonas

En primer lugar, debo aclarar que yo no voy a hablar como experta ni como profesional y que no tengo formación específica o relacionada con este tema, por lo tanto, este artículo parte de experiencias personales y tiene la intención de poner en común situaciones normales por las que es probable que hayamos pasado muchos de nosotros, quizás incluso tú. A veces, por circunstancias, he estado durante periodos largos sin tener relaciones sexuales, en diferentes épocas. Cuando era bastante más joven lo digería peor y las privaciones tenían como varias fases; así, cuando llevaba 5 o 6 meses sin sexo me ponían muy nerviosa y tenía la impresión de ir oliendo a los hombres por la calle, literalmente. Quizás estaba entretenida con algo y cuando pasaba un hombre cerca me parecía percibir su olor y me ponía alerta. Creo que sin duda tenía el potencial de poder acostarme con cualquiera aunque no lo hiciera, pero no era por falta de ganas ¡al menos el cortex prefontal me funciona correctamente! Tene...

Con 45 años y a lo loco: sobreviviendo a la maternidad y al paso del tiempo

Este año lo afronté como un nuevo comienzo, después de dejar atrás una relación muy dañina y en mi nueva condición de madre, tenía como prioridad trabajar en mí misma para ser mejor en todos los aspecto que fuera capaz de abarcar. Y así, posteriormente, ofrecer a mi hija un ejemplo que me haga sentir orgullosa o, al menos, que no me generase más focos de culpabilidad. Al final eso decía Álvaro Bilbao ¿no? Cuando otros padres dicen que “morirían por sus hijos”, él dice que no hay que morir por ellos, hay que “vivir por ellos”, pero de la mejor forma posible, es decir, buscando nuestra mejor versión para alimentar a estas personitas que basan su relación con el mundo y parte de sus experiencias al aprendizaje que les ofrece la imitación de sus figuras de apego y sus referentes. Él dice: “¿serías capaz de dejar malos hábitos y adoptar otros buenos por tus hijos?”. Pues sí, soy capaz y lo conseguiré, por eso trabajo en mí todos los días, por ella. Ya te conté que había iniciado varias r...