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Motivación para empezar un ayuno prolongado (no me he vuelto loca, todavía no)

Se acabó el fin de semana familiar y no faltaron las manifestaciones emocionales, los malos recuerdos, los buenos y los momentos juntos. No hay nada mejor que tener familia, pero una unida. Esta vez celebrábamos el cumpleaños de los 60 de mi madre, una fecha muy especial y en la que no queríamos que faltaran las sorpresas, así que le dedicamos tres días: el 11, que es la fecha oficial; el 15, porque nos juntábamos para comer y el 16 que hicimos una escapada de chicas y nos la llevamos a gastos pagados a pasar el domingo por ahí. Creo que con eso también doy por zanjado el mes de agosto, en cuanto a vacaciones se refiere.

Lo peor de estar unos días en el pueblo es volver. Ahí las noches siguen siendo frescas y estar en manga corta, al menos para mí, no es nada cómodo. De hecho dormí bien tapada y muy a gusto. Nada que ver con lo que encontré aquí... Si no fuera por los gatos (y el trabajo), me habría quedado allí hasta noviembre ¡por lo menos!

Y lo siguiente peor de estar allí son los sentimientos encontrados y la sensación de culpabilidad. Mis abuelos en breve cumplirán 88 y 91 años ¡no quiero ni pensar en qué pasaría si se contagiaran! Es algo que no debe ocurrir, pero verles y mantener las distancias no sé si es peor para ellos ¿cómo vamos a mantenernos sanos y optimistas sin abrazos, besos y cariño?

Los abrazos son una gran medicina social; suben la autoestima, las defensas y reconfortan. No hay nada comparable a los abrazos bien apretados. Yo necesito esa dosis de energía para poder seguir adelante, para volver a mi piso deprimente con mis vecinos gritándose en un pueblo que no es nada mío, junto a una ciudad que ya no me atrevo a visitar.

Pero bueno, aquí estoy y todo sigue igual. El miedo es un arma bastante poderosa y aquí nos tienen, alimentando la incertidumbre de septiembre; la vuelta al colegio, la incorporación de los trabajadores en ERTE, un posible nuevo confinamiento y los contagios aumentando. Es como estar en standby hasta que todo se resuelva y sepamos hacia dónde caminar. No es posible que seamos tan dependientes en tantas cosas o que esas cosas nos hagan tan dependientes.

Ahora mismo llevo días valorando hacer un ayuno, aún no sé cómo o en qué medida. He probado otras veces con el ayuno intermitente porque de verdad me sentía tentada por sus efectos y promesas. Había empezado leyendo a Robb Wolf y sus estudios bioquímicos sobre el efecto de los alimentos en nuestro organismo. La verdad es que tenía reflexiones que daban coherencia a muchas especulaciones mías. 

Aunque debo decirte que siempre me han gustado los artículos nutricionales, tanto a nivel deportivo como en lo que a salud se refiere. Por eso he devorado miles de ellos y abordados desde diferentes perspectivas. Pero como sin duda adivinarás, eso da pie a mucha controversia y confusión, porque cada estudio ofrece una conclusiones y en algunos casos hay contradicciones.

Robb, que es bioquímico, hablaba de la falta de simbiosis entre la formación de los nutricionistas y la de médicos o bioquímicos, que es donde más incongruencias hay. Porque los estudios nutricionales no suelen disponer de la visión filogenética de los seres humanos como especie y bueno, es difícil extraer todo ese aprendizaje evolutivo y científico de un estudio que debería ser tan amplio como completo.

Aun así, debo decir que ha sido curioso estar leyendo, hace como 20 años que las agujetas eran ácido láctico cristalizado entre las células musculares (de ahí el incómodo dolor), para años después leer que habían descubierto que el ácido láctico no puede cristalizar a temperatura corporal, por lo que las agujetas pasaron a ser simplemente micro roturas de células que no habían podido sobrevivir al esfuerzo. Lo que daba paso a células musculares y, por ende a fibras, más adaptadas y fuertes.

Con esto quiero decir que nunca hemos dejado de evolucionar y hacer pequeños descubrimientos y, bueno, como yo siempre me cuestiono todo y tengo la paciencia de contrarrestar información, leer y probar, ahora me siento tentada con el ayuno.

Te diré que nunca me ha parecido muy normal lo de comer poco pero muchas veces al día. Y también me resultaba curioso eso de que el desayuno sea la comida más importante del día ¿pero para quién? ¿En qué circunstancias? Porque hay mucha gente que te dice que no le entra nada a primera hora de la mañana o que se lo salta porque no siente hambre y siguen tan vivos como tú y como yo.

En este punto tenemos que admitir que cada organismo es diferente y se comporta de manera distinta, pero quizás, forzando esas costumbres, estemos perdiendo otras funcionalidades físicas que, con el tiempo, dejen de ser útiles. Es decir, todas estas reglas suponen una educación de nuestro organismo, una disciplina nueva y aquí va lo que más me da qué pensar ¿es esa nueva disciplina dietética la mejor para mí?

Si se supone que mantenemos algunos reflejos de nuestros antepasados primates, como el de prensión ¿por qué no íbamos a estar orgánicamente más preparados para otros retos? Por ejemplo, podemos morir de un empacho o un exceso de comida pero nadie se ha muerto por estar un día sin comer, con lo que podríamos creer que estamos más y mejor preparados para los ayunos que para el otro extremo: para atiborrarnos. Pero, como comprenderás, esta especulación no es suficiente.

También pienso que si, nuestros ancestros salían a cazar o a recolectar cuando ya no les quedaba comida, no debe ser tan grave hacer deporte en ayunas. De hecho este punto ya lo superé hace años y con diferentes tipos de intensidades y, en mi opinión, según mi experiencia, es más que recomendable. No para todo el mundo, no a lo salvaje sin más, pero para mí fue muy revelador, porque cuando entrenaba en ayunas estaba más alerta, más concentrada y eso sí que fue interesante.

Derribé algunos mitos haciendo la prueba en mis propias carnes y eso, sin duda, me llevó a querer más, a buscar más y a leer todavía más.

Entre otros textos, también he leído diversos extractos sobre los ayunos prolongados y la autofagia, en su mayoría extraídos de los estudios científicos que le valieron un nobel a Yoshinori Ohsumi. En muchos de ellos se habla de los beneficios de los ayunos y lo cierto es que sí que son empleados desde hace siglos por diferentes religiones como una forma de purificar el cuerpo y la mente o un paso previo a la meditación, entre otras cosas por la claridad que aportan.

Ohsumi afirma que tenemos al organismo excesivamente ocupado. Cuando comemos 5 o 6 veces al día, como dicen algunos que se debe hacer para estar más sanos, nuestro sistema digestivo está constantemente trabajando, lo que evita que se encargue de otras labores que también le corresponden. Como por ejemplo eliminar los radicales libres y las células de deshecho. Lo que se conoce como autofagia.

Por lo tanto, él asegura que ese exceso de trabajo nos hace envejecer más rápidamente, además de condicionar nuestro organismo para que ciertas células puedan proliferar sin problemas, como las cancerígenas.

A día de hoy sabemos que nuestras costumbres alimenticias son las causantes de muchas enfermedades crónicas y más o menos peligrosas, como la diabetes, la obesidad y algunos desajustes hormonales. Además, eso de reducir la cantidad de alimento durante las cinco comidas también tiene un efecto sobre el trabajo de nuestro organismo, que se ve ralentizado y condicionado. Pero esto mejor te lo explica un médico en este vídeo:


Es decir, estamos influyendo directamente nuestra forma de procesar los alimentos y la forma en que los tomamos. Lo que me lleva a pensar que me gustaría hacer un reset físico y probar a ver qué sucede. Por otro lado, no encuentro un momento mejor que este para hacerlo, ya que durante el mes de agosto he comido de todo lo que no es sano y bebido vino, cerveza y otras bebidas espirituosas que no voy a detallar.

No quiero probar el ayuno intermitente porque ya lo he hecho en otras ocasiones y durante periodos más o menos largos. Empecé con 12/12, lo que significa 12 horas ayunando (la mayor parte de ellas durante la noche mientras dormía) y otras 12 comiendo. Esto lo alargué a 16/8, con lo que mis horas de ingerir alimentos eran menores o lo que es lo mismo, pasaron de 12 a solo 8. Y en ese tiempo solía hacer 3 comidas, que después reduje a 2.

Las experiencias fueron buenas, una semana después no sentía nada de hambre en todo el día, pero mi energía no había decaído lo más mínimo y esto es un dato que me condicionó, porque pude constatar en mí que la energía no va necesariamente unida a la comida. Curioso ¿verdad?

Así que lo dicho, quiero probar algo más intenso, un ayuno de varios días, aún no sé si 7 o 10 días, pero los estudios consultados prometen mucho. Como este (te dejo aquí el enlace) y pego aquí algunos de los beneficios que cita (pego literalmente):

El ayuno es una de las herramientas más potentes y baratas que existen para promover o recuperar la salud. Es la forma más eficaz de regenerarse, rejuvenecerse, resetearse y reiniciarse a nivel de todos los sistemas del organismo.

-Aumenta la energía

-Regula la glicemia y los niveles de insulina

-Aumenta la hormona de crecimiento

-Limpia el Colon

-Aumenta la longevidad de calidad

-Aumenta la adrenalina

-Favorece la detoxificación

-Favorece la pérdida de peso

-Mejora los sistemas bioquímicos

-Elimina la "basura" metabólica

-Produce Regeneración mitocondrial

Por si no lo sabías, nuestro organismo guarda algunos residuos en los almacenes de grasa que tenemos distribuidos por el cuerpo. De esta forma no nos hacen daño en el sistema, pero creo que ha llegado el momento de eliminar esos deshechos enquistados por los rincones de mi cuerpo serrano y volver a empezar.

La promesa de una mejor salud, más células madre y por ende más glóbulos blancos, menos radicales libres y una óptima utilización de la grasa como combustible, en lugar de los azúcares, me seduce.

Voy a seguir empapándome de información y cuando esté en el pico más alto, en cuanto a motivación se refiere, iniciaré mi ayuno.

Registraré aquí las sensaciones y progresos.

Nota: cuando se publica esta entrada yo ya llevo casi 65 horas sin ingerir ningún tipo de alimento. Lo siento, la tenía por ahí rezagada y no sabía si publicarla o no, pero mañana empezaré a contarte mi día a día sin comer.

Comentarios

  1. Empezamos el reseteo!! Felicidades Vane por tu blog!! Saludos desde el
    Norte de Mexico!!

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    Respuestas
    1. Ey, muchas gracias por tu comentario ¡vamos a por ello! Mucha fuerza y que no decaiga.

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