Cuando empiezas los días muy temprano y aguantas hasta tarde, llega el miércoles y parece que la semana dure el doble de lo normal. ¿Todavía falta tanto para que termine? Un paréntesis, por favor. Necesitaba un ratito de luz y aquí me he salido, al sol de mi balcón. Pero no creas que es un balcón grande en donde cabe una mesas con sillas o una butaca o unos de esos columpios tan chic de las revistas de decoración. Lo cierto es que es un balcón estrecho y pequeño, que estoy compartiendo con un tendedero plegable lleno de ropa húmeda hasta los topes. En realidad he tenido de tirar en el suelo del balcón uno de los cojines grandes que hace las veces de respaldo en el sofá del comedor. Y aquí estoy, al sol de mi balcón y sentada en el suelo, sobre el cojín y con el ordenador, así desde la calle no se me ve. Mi calle es una de esas vías circulares que cerca el pueblo, por la que puedes caminar si tratas de dar un largo rodeo y que siempre tiene algún coche, moto o bicicleta en circulación.
En este blog voy a hablar de barbaridades, de todas las que me apetezca. Comentaré situaciones de todo tipo, mi experiencia con Tinder, los achaques que me surjan y todo lo que me dé la gana.