Ya estamos en la recta final, a apenas unas horas de dejar atrás un año complicado y ya me estaba retrasando en mi artículo habitual. En realidad, no es el único retraso que llevo en estos días. Al parecer me lo estoy tomando todo con bastante calma y, aunque he tenido días festivos, de puente y vacaciones y a pesar también de tener planes para todas estas fechas (escritos en algún lugar de mi casa), voy con mucho retraso. Y como ya solo falta un día para concluir el 2021, debo asumir que empezaré el año siguiente con cosas por hacer. Ha sido un buen año, intenso, rico y exigente, lleno de primeras veces y de momentos únicos. Creo que en parte me he debatido entre las ganas de comerme el mundo y el desánimo para poder hacerlo. Bueno, desánimo no, pasotismo, pero en un porcentaje bastante menor. Aunque he tenido las prioridades tan dispersas que era normal sumar pocas conquistas. He debido distraerme con todo el jaleo que había a mi alrededor. Igual he vuelto a las excusas, pero no esto...
En este blog voy a hablar de barbaridades, de todas las que me apetezca. Comentaré situaciones de todo tipo, mi experiencia con Tinder, los achaques que me surjan y todo lo que me dé la gana.