Lo de ligar por Facebook... Uff, qué queréis que os diga ¡no lo veo! Pero ¿en cuarentena? Es como aprovechar ahora que estamos todos atrapados en las redes para entablar amistades que no tienen demasiado sentido ni fundamento.
He llegado a acumular casi 150 solicitudes de amistad, seguro que a también te pasa, es algo común, pero cuando resulta que tienes amigos comunes con el peticionario... Te hace dudar, como ¿será que le conozco y no me acuerdo?
No suelo aceptar amigos demasiado alegremente, aunque no lo parezca, pero porque me parece un poco personal el tema Facebook. Ahí está la mitad de mi familia, mis amigos, compañeros de EGB, instituto, Facultad o Master del universo, compañeros de trabajo, clientes. Bueno, en realidad tengo tres cuentas activas en esta red: la mía personal y las de trabajo.
Por otra parte, ya dije que soy más bien seca o más seca que la mojama. Es por eso que hablar por el messenger de Facebook se me hace un poco bola y lo evito lo más posible. Pero que me entren por ahí en plan "hola guapa" o similar, es que de verdad que no le veo gracia ninguna ¿no estaba Tinder para eso? Es gente que me va a conocer en mi parte más personal ¡en mi Facebook! Y no, que no.
Algunos me hablan varios días y cuando se cansan empiezan a ser desagradables, otros hacen lo mismo en un solo día y a los más groseros los tengo que bloquear ipso facto. ¿Es precís? Ni siquiera me parece un acto de valentía ¿no? Al fin y al cabo están escondidos detrás de su ordenador o de su móvil y, en muchos casos, están bastante lejos ¿qué sentido tiene?
Que se enfaden o no es otra absurdez, será que no soy libre de hablar o no hacerlo con quien quiera.
Alguna veces dan ganas de invocar el "expecto patronum" de Harry Potter y hacerlos desaparecer. La mayor parte son hombres sin criterio, buscando amistad de mujeres solo por el hecho de serlo ¡alguna caerá! Pues nada, como el rasca y gana ¡sigue buscando!
Supongo que de adolescentes o, mejor aún, cuando todavía veíamos con frecuencia pelis de dibujos tipo Disney, a muchas de nosotras nos afloraban ideas románticas de hombres perfectos que lo darían todo por nosotras. Hombres que vendrían a buscarnos, a cortejarnos con flores y regalos o a repetirnos lo bonitas que somos para ellos. Craso error. Aunque es tan bonito tener a tu lado a un hombre detallista... O eso creo, porque no he tenido el placer de tener uno de esos, quizás después de los 40.
Pero bueno, no será un desconocido que me aborde por Facebook, mejor uno que lo haga por Tinder... ¿O en persona? No sé, ya te contaré.
La verdad es que no sé si será por el encierro, pero tengo muchas ganas de aventuras todavía. De viajar o también de vivir en algún otro país y buscarme la vida por ahí. No sé, de hacer cosas nuevas en general. Y lo de ir a vivir al pueblo también podría ser una opción (no pienses que me contradigo). Creo que hay todavía tantas cosas que hacer o descubrir por ahí.
Portugal, al menos la zona de Porto, me pareció absolutamente encantadora. Un lugar fantástico para pasar una buena temporada o Viena, tan llena de vida y con ese aire sofisticado, pero sus alquileres apenas pasaban de los 300 € y, además, tienen el museo de Klimt ¿quién le puede decir que no a eso? Y la guinda del pastel es Rodas ¡qué isla más maravillosa! Me pasaría meses allí vendiendo cervezas a los turistas y paseando por sus estrechas callejas empedradas. Quizás Venecia para las escapadas ocasionales, pero quiero más.
El mundo me enamora ¡quiero más!
He llegado a acumular casi 150 solicitudes de amistad, seguro que a también te pasa, es algo común, pero cuando resulta que tienes amigos comunes con el peticionario... Te hace dudar, como ¿será que le conozco y no me acuerdo?
No suelo aceptar amigos demasiado alegremente, aunque no lo parezca, pero porque me parece un poco personal el tema Facebook. Ahí está la mitad de mi familia, mis amigos, compañeros de EGB, instituto, Facultad o Master del universo, compañeros de trabajo, clientes. Bueno, en realidad tengo tres cuentas activas en esta red: la mía personal y las de trabajo.
Por otra parte, ya dije que soy más bien seca o más seca que la mojama. Es por eso que hablar por el messenger de Facebook se me hace un poco bola y lo evito lo más posible. Pero que me entren por ahí en plan "hola guapa" o similar, es que de verdad que no le veo gracia ninguna ¿no estaba Tinder para eso? Es gente que me va a conocer en mi parte más personal ¡en mi Facebook! Y no, que no.
Algunos me hablan varios días y cuando se cansan empiezan a ser desagradables, otros hacen lo mismo en un solo día y a los más groseros los tengo que bloquear ipso facto. ¿Es precís? Ni siquiera me parece un acto de valentía ¿no? Al fin y al cabo están escondidos detrás de su ordenador o de su móvil y, en muchos casos, están bastante lejos ¿qué sentido tiene?
Que se enfaden o no es otra absurdez, será que no soy libre de hablar o no hacerlo con quien quiera.
Alguna veces dan ganas de invocar el "expecto patronum" de Harry Potter y hacerlos desaparecer. La mayor parte son hombres sin criterio, buscando amistad de mujeres solo por el hecho de serlo ¡alguna caerá! Pues nada, como el rasca y gana ¡sigue buscando!
Supongo que de adolescentes o, mejor aún, cuando todavía veíamos con frecuencia pelis de dibujos tipo Disney, a muchas de nosotras nos afloraban ideas románticas de hombres perfectos que lo darían todo por nosotras. Hombres que vendrían a buscarnos, a cortejarnos con flores y regalos o a repetirnos lo bonitas que somos para ellos. Craso error. Aunque es tan bonito tener a tu lado a un hombre detallista... O eso creo, porque no he tenido el placer de tener uno de esos, quizás después de los 40.
Pero bueno, no será un desconocido que me aborde por Facebook, mejor uno que lo haga por Tinder... ¿O en persona? No sé, ya te contaré.
La verdad es que no sé si será por el encierro, pero tengo muchas ganas de aventuras todavía. De viajar o también de vivir en algún otro país y buscarme la vida por ahí. No sé, de hacer cosas nuevas en general. Y lo de ir a vivir al pueblo también podría ser una opción (no pienses que me contradigo). Creo que hay todavía tantas cosas que hacer o descubrir por ahí.
Portugal, al menos la zona de Porto, me pareció absolutamente encantadora. Un lugar fantástico para pasar una buena temporada o Viena, tan llena de vida y con ese aire sofisticado, pero sus alquileres apenas pasaban de los 300 € y, además, tienen el museo de Klimt ¿quién le puede decir que no a eso? Y la guinda del pastel es Rodas ¡qué isla más maravillosa! Me pasaría meses allí vendiendo cervezas a los turistas y paseando por sus estrechas callejas empedradas. Quizás Venecia para las escapadas ocasionales, pero quiero más.
El mundo me enamora ¡quiero más!
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te ha gustado? Dime cosas.