Durante años creí que tenerlo todo bajo control era sinónimo de madurez, de responsabilidad o de ser "una mujer que sabe lo que hace". Bueno, algo así. Planificar, prever, anticiparme a los posibles problemas, son cosas que te aportan seguridad y tranquilidad en el día a día. Incluso tener siempre un plan B, C o incluso D, por si las cosas no salen como estaba previsto. Porque si lo controlaba todo, nada podría salirse del guion. Y si nada se salía del guion, yo no sufriría. Y así era para mí, al menos hace años. ¡Bendita ignorancia! Pero claro, eso es inviable, no se puede pretender ese nivel de control y menos cuando en todas las situaciones imaginadas o imaginables participan tercero ¡y eso no se puede controlar! Por eso un día, con paciencia, entendí que vivir controlando no es vivir tranquila, sino todo lo contrario. Esa aspiración de control implica vivir en una tensión constante que no es ni sana ni normal . Implica tener la mente ocupada todo el tiempo, con mil pest...
En este blog voy a hablar de barbaridades, de todas las que me apetezca. Comentaré situaciones de todo tipo, mi experiencia con Tinder, los achaques que me surjan y todo lo que me dé la gana.