El final de las vacaciones siempre llega antes de tiempo o al menos lo parece y suele dejar una sensación agridulce, entre la excitación de todo lo vivido y la idea de volver a la rutina laboral. Aunque esta vez es más bien dulce-dulce, porque he disfrutado mucho, he conocido lugares increíble y he hecho el vago a voluntad, pero también estoy deseando volver a lo conocido, a lo estable, al gimnasio, a los retos mentales de orquestar una fábrica con 28 trabajadores, a las pequeñas metas semanales y a los fines de semana. Me apetece organizar mi agenda y trazar los caminos de nuevos objetivos; poner en práctica todo eso que he estado moldeando estos días en mi cabeza, retarme física y mentalmente con ideas renovadas ¿a ti no te ilusiona todo eso? Es como empezar un nuevo curso, pero cuando ir al cole te gusta mucho. De hecho, creo que los ciclos vitales empiezan tras las vacaciones y no después de las campanadas de Nochevieja y esos retos del año nuevo son los que yo pongo en marcha en s...
En este blog voy a hablar de barbaridades, de todas las que me apetezca. Comentaré situaciones de todo tipo, mi experiencia con Tinder, los achaques que me surjan y todo lo que me dé la gana.