Tengo que darte una mala noticia, relacionarse en tiempos post apocalípticos no pinta bien. Estamos ya volviendo a ver a la gente o a la familia que hacía meses que no visitábamos y ya surgen las primeras reacciones raras ¡es inevitable! A unos los saludas desde la puerta, a otros les das un abrazo (girando bien la cara como si quisieras practicar contorsionismo) y otros se acercan a ti sin titubear y te plantan dos besos con los que sueñas al menos 10 días (¿lo tendré ya? ¿No lo tendré?). Te dejan como raruna. Esto pasa con conocidos y familia, pero claro, el resto del mundo es como el enemigo y cuando te los cruzas aguantas inconscientemente la respiración ¡imagina si tuvieras una cita a ciegas con alguno de ellos! Quizás este sea el momento más necesariamente asexual de la era moderna. Pero, volviendo a nuestra nueva realidad social, parecemos bajar la guardia en familia justo por eso, porque son la familia. Puede que la confianza nos lleve a pensar que los nuestros no son peli...
En este blog voy a hablar de barbaridades, de todas las que me apetezca. Comentaré situaciones de todo tipo, mi experiencia con Tinder, los achaques que me surjan y todo lo que me dé la gana.