Ir al contenido principal

Eso del prototipo solo es un mito

¿Alguna vez te has parado a pensar por qué te atraen las personas que te atraen? Si existe en ti eso del prototipo x porque todos y todas tienen rasgos o características similares, por ejemplo o ¿por qué no se parecen nada?

Si yo tuviera que definir al tipo de hombre que me gusta, según las parejas que he escogido, podría decir que me gustan los buenos chicos o con los que se puede hablar de cualquier cosa, pero... Jolín, es que no tienen nada más en común ¿quiere decir eso que voy perdida en lo que a parejas se refiere?

Pues todo es posible, aunque no tiene porqué ser así.

Muchas veces he pensado (y comentado) que me gustaría encontrar a un hombre que no me necesite, pero que me escoja. Porque realmente me parece muy atractivo el carácter en un hombre; que sea auto suficiente, proactivo y que pueda auto motivarse. Pero no he tenido mucha suerte en lo que a estas cualidades se refiere.

Pasé de uno que llamó a su madre llorando para decirle que yo le había dejado a otro que se lamentaba constantemente de su situación, pero que nunca hizo nada por cambiarla o el que tenía grandes ideas y nunca fue capaz de ponerlas en marcha. Son solo ejemplo, a mí no me atraían por estas cuestiones en concreto y tampoco dejaron de hacerlo por esta causa. Es solo que este deseo de conocer a ese hombre hecho a sí mismo y capaz de todo se ha ido haciendo más fuerte con el tiempo y... Los fracasos. Bueno, tampoco puedo decir que fueran fracasos, solo relaciones temporales sin más y en todas ha habido buenos momentos.

No sé, quizás solo buscamos aquello que no nos dan. Por ejemplo, el sexo es una prioridad cuando has tenido una relación con poca intimidad o con pocas satisfacciones, igual que la sinceridad lo será cuando te han engañado muchas veces. También hay personas que te dejan como rebotada con el mundo y necesitas un periodo de desenfreno para volver a centrarte ¿te ha pasado? Entonces sabrás de qué hablo.

Creo que me atrevería a decir que no hay nadie que haya salido siempre con el mismo tipo de personas, porque eso querría decir que no ha evolucionado lo más mínimo. De hecho, cuando nos empeñamos en escoger una y otra vez lo que sabemos que no es para nosotros o que no nos hace bien, es porque hay algún problema sin resolver que deberíamos tratar de localizar con ayuda de un profesional en psicología.

A mí a veces me gustan altos, otras veces bajos, quizás fuertes, quizás gordos, calvos o peludos ¡ni idea! Sin duda buenos chicos, hasta ahí está claro y elocuentes, por supuesto, pero si además son felices y están en paz consigo mismos, todo será más fácil. 

Esa es la putada de los 40, si es que hay alguna, que te ha dado tiempo de tener experiencias previas y cada una de ellas suma una características que no deseas volver a encontrar y otra que de hecho quieres tener. 

Los hombres que no han sido capaces de recuperarse de su pasado; los que guardan rencores raros o desconfían por deporte; los vagos que solo limpian cuando se quedan sin existencias; los hombres que no tienen vida propia ni quieren que tú la tengas; los que no cuidan su higiene lo suficiente y eso incluye también lavarse los dientes a menudo; los que no saben qué hay que hacer en la cama o se conforman con cumplir una vez al mes o menos; los que no entienden el equilibrio entre familia, amigos y pareja; los cerrados de mente que no son capaces de ver que hay más ideas además de las suyas y que podría ser igualmente válidas. Todos ellos ya son capaces de activar mi radar repelente a distancia, porque ya los he conocido de cerca y no necesito nuevas experiencias para saber que estoy mejor sola que con cualquiera de ellos.

Y ahora viene lo mejor, yo también estaré dentro de la lista de alguno o de las de todos ellos ¡quién sabe! Además, mis defectos estarán incluidos en los radares de detección de otros hombres desconocidos y cuarentones, como yo. Eso sería lo más normal, pero también lo que hace que el juego sea más complicado. ¿Qué opinas?

Creo que hace como un año que me registré en Tinder y sigo teniendo épocas (semanas o más) en las que mi interés varía del 0 al 10 y viceversa. Y ahora estoy más cerca del 0.

Me gustaría mucho conocer tu opinión respecto a esto de los prototipos, las relaciones y cómo te afectan las experiencias ¿me lo cuentas?

Comentarios

  1. Vamos a ver, es bien sabido que casi todas las personas tienen en mente un "retrato robot" de su pareja ideal, pero a la hora de la verdad eligen parejas que, la mayoría de las veces, son la antítesis perfecta de ese retrato (que en realidad no es otra cosa que el resultado de un filtro extremadamente lógico ejecutado minuciosamente por tu cerebro racional).

    La prueba la tengo en mí mismo, ya que ninguna de mis ex parejas (repito, ninguna) ha llegado a cumplir jamás ni la décima parte de los requisitos que mi mente lógica se había empeñado en prediseñar concienzudamente. Por lo tanto, hacer una lista con las características de tu persona ideal es una de las mayores pérdidas de tiempo que existen, porque tu cerebro racional nunca llegará a comprender los deseos de tu parte emocional (cerebro límbico físicamente separado del neocórtex, y con funcionamiento y ritmos completamente distintos).

    Lo que sucede cuando escogemos de manera recurrente a un mismo tipo de persona (me ha pasado, y más de una vez) es que esa persona es capaz de despertar en nosotros algún tipo de atracción sin que nos demos cuenta, es decir tiene la "llave" para acceder a la parte emocional de nuestro cerebro, y esto es imposible de controlar por mucho que nos empeñemos en construir justificaciones lógicas que expliquen lo "idiotas" que somos por tropezar siempre con la misma piedra, o por elegir personas que no nos convienen.
    Conclusión: NO elegimos a nuestras parejas conscientemente, así que no te castigues por los "errores" que hayas podido cometer, porque todos los hemos cometido (yo muchas veces), y no pasa absolutamente nada.

    Perdón por la chapa que he soltado, bona nit.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha encantado tu reflexión y muchas gracias por la intervención, de verdad. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Vaya descubrimiento acabo de hacer Vanesa... pues yo creo que lo del "prototipo" es una barrera más que nos podemos poner a la hora de "escoger" un acompañante... Esta claro que yo tampoco puedo ser un ejemplo , ya que llevo con mi mujer desde los 19 años, pero sí que tengo claro que creer que algo o alguien es de una forma a veces puede ser definitivo para no ver como es en realidad, aunque la sigas conociendo... es mi punto de vista claro... lo que está claro es que hay que quererse mucho a uno mismo para poder querer de verdad a otra persona... igual el prototipo debemos ser nosotros mismos... salud!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es buen momento para descubrir cosas y sí, yo también pienso que querernos es lo primero y que nuestro propio autoconcepto algo tiene que ver en todo esto.

      Te felicito por tu relación y disfruta de ese camino juntos.

      Eliminar

Publicar un comentario

¿Te ha gustado? Dime cosas.

Entradas populares de este blog

Descubriendo la mente de una persona con trastorno de la personalidad narcisista

Es teoría, este tipo de psicopatía solo afectaba al 1 % de la población y cerca del 75 % de estas personas son hombres. Es decir, que en España teníamos a casi 500.000 personas con trastorno de la personalidad narcisista o TNP y, de ellos, unos 370.000 eran hombres, que así es más fácil verlo. No obstante, hablao en pasado porque recientes estudios confirman que este porcentaje podría estar ahora mismo entorno al 20 % ¡no me puedo creer este aumento tan significativo! Pues lo cierto es que, según parece, hasta el 50 % de ellos los podemos encontrar en empresas, en puestos directivos o como jefes/dueños/socios del negocio. Creo que esto debería ser un nuevo patrón para este perfil de psicopatías ¿no te parece? Una mayoría de hombres y la mitad en puestos de responsabilidad. Y bueno, volviendo a esos 370.000 que ya tenemos "censados", por decirlo de alguna forma y obviando supuestos más alarmantes, quizás podrías pensar que es casi como encontrar una aguja en un pajar ¿no? Meno...

Momento vital: mejorando

¡Cuántas ganas tenía de escribirte! Pero lo cierto es que ser mamá es un trabajo a tiempo completo y que te ocupa las horas como si tal cosa; empiezas con el paseo y cuando te das cuenta ya la estás acostando y así, todo rodado, los días pasan con gran velocidad. Las noches también se hacen cortas, pero no hay tiempo para pasar sueño, solo algún bostezo furtivo mientras estás haciendo otra cosa. Un poco locura. ¿Vida social? Quizás dentro de un año, mientras tanto hay demasiadas cosas que hacer. ¿Morriñas? Bueno, no puedo decir que no haya cosas que eche de menos, pero realmente no son tan necesarias y es que ahora todo parece haberse quedado en un segundo plano. Supongo que, como casi todo en la vida, es cuestión de prioridades y ahora las mías son otras.  Solo un inciso: es cierto eso de que las personas que no tienen bebés no son conscientes de la cantidad de tiempo libre de que disponen. ¡Vaya! Tú y yo teníamos muchas cosas a medias que deberíamos ir retomando ¿verdad? Mientras...

¡He sobrevivido a la maternidad! De momento

¡Vaya tela! He tenido un bebé ¡HE TENIDO UN BEBÉ! Aun así, a pesar de repetirlo, me parece mentira, si no fuera por todo lo que he sufrido, llorado y vivido en estas últimas semanas. Eso sí que es real. Eso y que ahora solo doy medios abrazos, porque siempre tengo un brazo ocupado, claro. ¿Así es la maternidad? He llorado más que en toda mi vida junta y la mayor parte de las veces ni si quiera sabía por qué lo hacía, solo era un sentimiento fantasma y profundo que no podía detener, aunque si hay algo que destacar es la soledad, la sensación infinita de soledad, de no poder explicar, de no poder verbalizar y de no poder evitar o delegar todo ese dolor. La incomprensión exterior y ese apoyo que no estaba ahí también cuentan. En el hospital, cada persona que entraba a verme era para hacerme daño, la vía, los tactos, las sondas, la epidural, la cesárea y todo eso no mejora tras dar a luz. De repente te enfrentas a una imagen frente al espejo que no reconoces; hinchada, envejecida, cansada ...