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Cómo reinventarse a los 40: convierte la crisis en una nueva oportunidad

Cumplir 40 ya no es lo que era hace unas décadas, por suerte para nosotras y ¡porque yo ya cumplí los 45! Para muchas personas, esta etapa se ha convertido en un punto de inflexión: un momento de crisis ¿te suena lo de la "crisis de los 40"? Seguro que lo has oído, pero no solo es eso, sino que además es una edad de revelaciones. Y es que reinventarse a los 40 ya no es una excepción, es casi una necesidad vital.

Lejos de ser un cierre de ciclo, cuando dejamos atrás todos los "treintas", los 40 marcan el inicio de una nueva madurez: tienes experiencia, resiliencia, opinión, más claridad mental y, por primera vez, la valentía de cuestionarte si lo que has construido hasta ahora es realmente lo que quieres para tu vida. Aunque bueno, eso solo aplica a un porcentaje de los sujetos, reconoce que otros muchos siguen a los 40 tal y como estaban a los 20 y tampoco es que la madurez se esté retrasando o que ahora seamos más jóvenes que antaño ¡que lo somos! Es que para algunos no pasan los años en su cabeza.

Sin embargo, incluso para los que seguimos adelante con interés de ser mejores cada día, de formarnos, de crecer o de seguir desarrollando nuestro potencial, también es un hecho que a veces nos descubriendo con pensamiento e ideas que ya teníamos hace décadas, porque en nuestro fuero interno somos las mismas personas.

Yo recuerdo que, como siempre he compaginado trabajo y estudios, cuando los anunciantes de empleo se publicitaban en los periódicos, mi perfil se adaptaba a casi cualquier empresa; joven de entre 18 a 25 años, con x e y. Maravilloso, podía elegir. Hasta que un día dejé de estar en esos márgenes y, ya con estudios y un cierto bagaje, debía convertir mis búsquedas en algo más especializado, riguroso y... complicado. Y sí, ese fue un pequeño momento de crisis madurativa. Pero volvamos a lo nuestro.


¿Por qué la crisis de los 40 no es una amenaza, sino una oportunidad?

Lo que popularmente se llama “crisis” no es más que un choque entre lo que somos y lo que deseamos ser. Quizás antes era una consecuencia lógica de negarse a envejecer, de asumir nuevos roles o responsabilidades y a lo mejor no era exactamente a los 40, pero sí que había un momento en el que todos soñábamos con que se nos caían los dientes (un patrón claro del miedo al envejecimiento, según algunos intérpretes).

  • Hasta los 40 solíamos vivir más pendientes de cumplir expectativas externas: trabajo, familia, seguridad económica, reconocimiento. Quizás teníamos más libertad, más confianza, más facilidad para trabajar en cualquier cosa, para salir o para vivir libremente.

  • A partir de los 40 se despierta otra voz: la que pregunta “¿y yo qué quiero de verdad?”. Actualmente, es una edad en la que muchos empezamos a estabilizarnos a nivel emocional, incluso a tener hijos, a ser más exigentes con nuestras opciones laborales, a pensar en el futuro, a tener... miedos.

Ese conflicto duele, claro, pero también es la chispa que enciende la claridad. Porque si no hubiera incomodidad, no habría cambio.

Claves para reinventarse a los 40 con éxito

1. Revisa tus creencias

A los 40 descubres que muchas ideas que te han guiado no son tuyas: las heredaste de tu entorno, de la sociedad, de tu historia personal. Empiezas a plantearte el por qué de las cosas que haces o dices, tu potencial, tus oportunidades, tu futuro, tus prioridades. 

Pregúntate:

  • ¿Esta creencia me impulsa o me frena?

  • ¿Quiero seguir sosteniéndola?

2. Define qué significa éxito para ti

El éxito no es universal. Para algunos es libertad, para otros estabilidad, para otros desarrollo laboral y para otros vivir con propósito. Este es el momento de redibujar tu propia definición y vivir con coherencia respecto a ella, unir lo que de verdad deseas, con lo que piensas, con lo que dices y con lo que haces ¡alinearte!

3. Empieza por pequeños cambios

No necesitas un giro radical de 180 grados de la noche a la mañana. Comienza con acciones pequeñas pero consistentes: una nueva rutina, un curso, un proyecto paralelo, un hábito más saludable. Quizás siempre has deseado seguir un camino que, por unos y otros inconvenientes no has iniciado, de acuerdo, estás a tiempo siempre de hacerlo, solo hay que empezar con un pequeño paso.

4. Abraza tu experiencia

Reinventarse a los 40 no es empezar desde cero: es empezar desde la experiencia. Lo vivido no es un lastre, es un recurso incalculable. Seguro que esa experiencia vivida ahora te puede servir de guía para lo que quieres y para lo que no y eso amiga/o mía/o es un gran extra para tu mapa de la ruta.

5. Rodéate de inspiración

El entorno puede impulsarte o frenarte. Busca personas, libros y experiencias que refuercen tu camino de reinvención; pasa más tiempo con esos amigos que te refuerzan, cambia tu exposición a redes sociales por un poco de lectura o un podcast inspirador, ordena y decora los espacios en los que pasas más tiempo al día con detalles bonitos y que te inspiren. Limita el prestar atención a las cosas que te apagan; noticias catastrofistas, personas ancladas en la queja, lugares desordenados e incómodos.

Reinventarse a los 40: historias que inspiran

  • Mujeres y hombres que cambian de profesión: desde directivos que se convierten en emprendedores hasta profesoras que publican su primer libro. No tiene porqué ser este tu caso, pero quería mostrarte que muchos lo han hecho y han podido, pero no solo eso, sino que ahora les va mejor y son más felices.

  • Personas que priorizan su bienestar: que dejan trabajos tóxicos para cuidar de su salud mental y física. Porque cambiar de puesto o de empresa también puede ser una opción productiva y positiva.

  • Nuevos comienzos personales: quienes, tras una ruptura o un cambio vital, se dan el permiso de empezar otra vez. Porque hay relaciones que también nos lastran, nos drenan la energía y nos perjudican, por eso a veces hay que saber soltar, decir que no o pasar página.

Cada historia demuestra lo mismo: no hay edad para empezar de nuevo, solo decisiones por tomar. Y si pasar página no es suficiente ¡cambia de libro!

El regalo oculto de la crisis

Reinventarse a los 40 no es fácil, pero sí profundamente transformador. La incomodidad que hoy te hace dudar puede ser el motor que te dé la claridad que siempre habías buscado. Y es que los 40 son una edad perfecta, equilibrada, vital, es como estar en la plenitud de tus facultades, de tu experiencia y de tu claridad y ser capaz de hacer casi cualquier cosa.

Así que si sientes que estás en medio de una crisis, cambia la perspectiva: quizás no sea el fin de nada, sino el inicio de tu mejor década. Prueba cosas nuevas: cursos, aficiones, asociaciones. Plantéate dónde te gustaría estar dentro de unos años y qué caminos deberías tomar para llegar hasta allí. Revisa las cosas que de verdad se te dan bien y te gustan y trata de alinearlas con las que necesitas para vivir.

Y hagas lo que hagas piensa siempre que cada día es una nueva oportunidad para probar, mejorar y acercarte a la vida que anhelas. Yo creo en ti.

Cuéntame que crisis has atravesado tú en los comentarios ¡me encantará leerte! Y si crees que mis palabras pueden ayudar a alguna otra persona, por favor comparte. Te espero aquí la semana que viene.

Un abrazo y felices 40



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