En los últimos años hemos aprendido que la vida puede cambiar de un día para otro: crisis económicas, inestabilidad laboral, relaciones que se transforman, responsabilidades que parecen no acabar nunca, por no hablar de la pandemia, la reclusión a la que fuimos sometidos y más recientemente, incendios, danas y demás contratiempos que hacen que nuestro mundo se convierta en algo frágil y finito.
Y en medio de todo eso, a veces olvidamos lo más importante: nuestra salud mental. Porque cuidarla no es un lujo, es una necesidad. Y lo mejor es que no siempre requiere grandes inversiones de tiempo ni dinero, sino pequeños pasos diarios que pueden marcar una gran diferencia.
1. Reconoce cómo te sientes (sin juzgarte)
La incertidumbre genera ansiedad y eso es normal, empezamos a valorar "y si esto..., y si aquello..." y nos perdemos en las posibilidades que nos acuden a la mente, a cual peor. A mí me ha pasado, en mi proceso de curación y lo cierto es que en mi cabeza las posibilidades futuras eran mucho peores de las que fueron aconteciendo finalmente ¿sabes a qué me refiero? Sal de ahí, no hace falta adelantar acontecimientos, quédate en esa emoción que sientes ahora y lo que tenga que venir ya vendrá.
Lo primero es ponerle nombre a lo que sientes: miedo, estrés, cansancio, frustración. Reconocerlo no te hace débil, te hace más consciente.
*Tip práctico: dedica 5 minutos al día a escribir en un cuaderno “hoy me siento…” y completa la frase con total honestidad.
2. Crea rutinas que te den seguridad
Cuando todo afuera parece inestable, tener rutinas te da seguridad y te aporta calma, actúan como un ancla. Y no tienen que ser rígidas, basta con estructuras simples: una hora fija para levantarte, un espacio para comer tranquilo, un momento para desconectar del móvil antes de dormir.
*Tip práctico: empieza con una sola rutina: por ejemplo, tomar un vaso de agua apenas te levantas y estirar 3 minutos.
3. Cuida tu cuerpo, cuida tu mente
El cuerpo y la mente están conectados. Dormir mal, comer rápido o no moverte pasa factura emocional. Tenemos que oxigenar el cuerpo y salir del agarrotamiento que solo nos trae molestias aquí o allá. Baila en la cocina, ponte alguna clase de Tai Chi, Pilates o Yoga para principiantes en YouTube, sal a pasear por algún parque, muévete más a pie y menos en coche, acude a un gimnasio, apúntate a natación o simplemente haz algunos estiramientos, pero muévete.
*Tip práctico: no hace falta una hora de gimnasio, con 20 minutos de caminar o bailar en casa ya estás liberando endorfinas que te harán sentir mejor.
4. Aprende a respirar en medio del caos
La respiración consciente es una de las herramientas más poderosas contra la ansiedad. Tres minutos de respiración profunda pueden cambiar un día entero.
*Tip práctico: prueba la técnica 4-4-4: inhala contando hasta 4, sostén 4 segundos, exhala en 4. Hazlo tres veces seguidas.
5. Conecta con personas que te nutren
En tiempos inciertos, el apoyo emocional marca la diferencia. Rodéate (aunque sea virtualmente) de quienes te escuchan sin juzgarte, sal a compartir momentos con amigos y amigas, contacta de vez en cuando a los que estén más lejos, que sepan también que tú estás ahí para ellos.
*Tip práctico: envía un mensaje al día a alguien que te haga bien, aunque sea solo para decir “pensé en ti”.
6. Reduce la sobrecarga de noticias
Informarte es útil, pero vivir pegado a las malas noticias solo aumenta la angustia. Aprende a filtrar lo que consumes, ya sea por televisión, en las noticias o en las redes sociales. Y busca nuevos canales para nutrirte, como podcast inspiradores, vídeos educativos o lecturas apasionantes.
*Tip práctico: define un horario específico (máximo 20 minutos) para ver noticias y evita hacerlo justo antes de dormir.
7. Pide ayuda si lo necesitas
Hablar con un psicólogo o coach no es un signo de debilidad, es un acto de amor propio. Y si no puedes costearlo, busca grupos de apoyo, líneas de ayuda o comunidades online.
La incertidumbre no desaparecerá de un día para otro, pero tú sí puedes fortalecer tu manera de enfrentarla. Empieza con un paso pequeño hoy: respira, escribe cómo te sientes, envía ese mensaje, sal a caminar.
La salud mental es como un músculo: cuanto más la cuidas, más fuerte se vuelve.
Recuerda: no estás solo/a en esto.

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