Todas las cosas relacionadas con el cuerpo humano, nuestras funciones vitales y los pormenores relacionados con la edad, son súper divertidas, hasta que dejan de serlo. Y es que hasta los 40 el cuerpo nos lo pone fácil; para adelgazar solo tienes que saltarte el postre de vez en cuando; para aguantar 6 kilómetros corriendo solo tienes que ponerte las zapatillas y para aguantar mil horas de fiesta solo tienes que estar un poco animada. ¡Fácil! Todo es muy fácil.
Y ahora, que me intentan vender antiarrugas cada vez que me quedo sin paracetamoles, parece que todo pasa por contar con una férrea disciplina y unas pautas muy constantes. Es decir, un esfuerzo consciente y prolongado en el tiempo.
Empiezan a sonarnos cosas como los desequilibrios de estrógenos, la menopausia, la osteoporosis, el colesterol, las hemorroides... Vamos, que lo de tener anemia de vez en cuando ha pasado a un segundo plano en la escala de importancia. Y lo peor es que son molestias que llegan para quedarse, porque una vez hacen su aparición ya tienes que tomar medidas de control para los restos ¿esto en qué manual venía? Me lo salté.
A partir de los 40 todo parece más definitivo en lo que a salud se refiere. Y, si en algún momento hemos tenido predisposición a algo, es el momento de neutralizar todas las posibilidades. Debe ser algo así como los típicos memes de "Puterful" en Facebook e Instagram: "un día eres joven y al siguiente llevas un calendario de tus citas médicas".
En mi caso creo que voy a empezar por las preocupaciones hormonales. Son las que más me ponen. Me ponen de mal humor, se entiende. Y que llevo meses en los que las reglas se me adelantan ¿cómo es posible? ¿No es suficiente con tenerlas puntualmente cada 28 días desde hace 30 años, nada menos, que ahora no aguantan ni esos 28? Esto deben ser ya achaques de los 40 y los 26 días de intervalo o 20 en realidad, que estoy sin preocuparme por los tampones ¡se me hacen muy cortos!
UNA SOLUCIÓN QUIERO.
Para compensar, te diré que este fin de semana estuve en Barcelona. Quería ver el monólogo de Txabi Franquesa de "Escocía", en el Jove Teatre Regina y créeme que los más de 90 minutos que pasé riéndome valieron la pena (y sin pérdidas de orina, que se merece una ovación). Un auténtico placer conectar con nuestra parte más humana y poder banalizar las tonterías cotidianas por las que pasamos todos.
Txabi me encanta y me gusta cómo se expresa, además de sentirme bastante identificada con parte de sus historias, él siempre sabe poner ese toque con el que es imposible no reírse de uno mismo.
Yo no creo que seamos más cascarrabias a partir de los 40, solo es que hay cosas para las que quizás tenemos menos paciencia. Pero solo cuando las hemos aguantado más veces de las necesarias en el pasado, porque si hay algo que nos caracteriza a los de más de 40 es que llevamos todos esos años aprendiendo a manejarnos en nuestro contexto, con lo que ya tenemos mucho ganado.
Y respecto a las relaciones ¿tú crees que después de los 40 son más o menos complicadas? Te leo.
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