Este año parece que sí que me toca ¡me encuentro en plena crisis de los 41! Una locura, porque estaba encantada con mi 40, me apetecía llegar y disfrutarlos, pero es que se me han pasado volando ¡necesito más tiempo! ¡QUIERO UN POCO MÁS DE LOS 40! Me he perdido gran parte de este año y aún no estoy preparada para seguir adelante.
Como siempre, están pasando muchas cosas y no quiero vivir tan rápido.
Cuando por fin abrieron la hostelería en la Comunidad Valenciana era como ¡¡por fin!! Y después... ¿Locura y desenfreno? Quizás no tanto. Solo fue un poco de luz al final del túnel, aunque bueno, por algo se empieza.
¡Y he salido! Ya he salido al sol a tomar café y a disfrutar del aire en la cara. Y he ido al pueblo por fin a ver a mi familia y al campo a pasear y a coger espárragos y ¿no podríamos haberlo dejado ahí, todo tan idílico como estaba sonando? Pues no.
Mi archienemigo estaba allí esperándome. Agazapado. Al girar cada esquina. En cada cerco que se marcaba de amarillo a mi paso ¡el polen!
Estamos otra vez en primavera y claro, pues que me vine del pueblo estornudando como si no hubiera un mañana ¡fiesta fiesta! Es una forma muy literal de decir que le pongo pasión a todo... También la primavera la vivo intensamente.
Aún recuerdo cuando el año pasado en estas fechas íbamos sin mascarilla a comprar como delincuentes y yo me dedicaba a estornudar en todas las estanterías del supermercado, acosada por el guardia de seguridad que se debatía entre echarme de allí o llamar al equipo de especialistas que aislaron la casa de Eliot en ET el Extraterrestre.
Así que, bueno, algo tenía que hacer y empecé por mis pestañas, pobres. Tiesas y desgraciosas. Algo que traté de solucionar con mucho glamour; un lifting de pestañas durante el que me las rizaron y les pusieron un tinte negro ¡parece que me haya puesto rimel! Aunque solo me lo parece a mí.
Después le tocó el turno al pelo. Era hora de tapar ese mechón blanco de canas, tan prensado y localizado y que amenazaba con crecer y reproducirse. Fin. Me he teñido el pelo en un todo castaño rojizo que no parece quedar mal con mis ojos ¡me gusta! Aunque me lo veo un poco oscuro y como soy tan blanca... Creo que eso también lo solucionará este año.
Y las uñas ¡que no decaiga! Mis uñas en color rojizo granate, tipo terciopelo ¡este color me encanta! me veo las manos más bonitas, aunque también me distraen más mientras escribo.
Otra de las cosas que va a cambiar es mi lugar de residencia, porque ya he empezado a mirar vivienda en Alcoy. Allí es donde planeo trasladarme en breve ¡con gatos y todo! Dejaré mi piso de Torrent para cambiar de nuevo de aires, para empezar, para volver a la incomodidad de todos los inicios y para evitar pasarme la vida de un lado a otro, entre añorando a los gatos y evitando tener que conducir tanto.
No quiero dejar esto ni la comodidad que me proporciona ni a las personas que aquí se quedan, pero es hora de dar otro paso y esta vez será para alejarme todavía más de la costa y la familia.
Pero esta crisis todavía me pide más novedades ¿qué será lo siguiente?
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