Ir al contenido principal

A 25 días: empieza mi crisis de los 41

Este año parece que sí que me toca ¡me encuentro en plena crisis de los 41! Una locura, porque estaba encantada con mi 40, me apetecía llegar y disfrutarlos, pero es que se me han pasado volando ¡necesito más tiempo! ¡QUIERO UN POCO MÁS DE LOS 40! Me he perdido gran parte de este año y aún no estoy preparada para seguir adelante.

Como siempre, están pasando muchas cosas y no quiero vivir tan rápido.

Cuando por fin abrieron la hostelería en la Comunidad Valenciana era como ¡¡por fin!! Y después... ¿Locura y desenfreno? Quizás no tanto. Solo fue un poco de luz al final del túnel, aunque bueno, por algo se empieza. 

¡Y he salido! Ya he salido al sol a tomar café y a disfrutar del aire en la cara. Y he ido al pueblo por fin a ver a mi familia y al campo a pasear y a coger espárragos y ¿no podríamos haberlo dejado ahí, todo tan idílico como estaba sonando? Pues no. 

Mi archienemigo estaba allí esperándome. Agazapado. Al girar cada esquina. En cada cerco que se marcaba de amarillo a mi paso ¡el polen! 

Estamos otra vez en primavera y claro, pues que me vine del pueblo estornudando como si no hubiera un mañana ¡fiesta fiesta! Es una forma muy literal de decir que le pongo pasión a todo... También la primavera la vivo intensamente.

Aún recuerdo cuando el año pasado en estas fechas íbamos sin mascarilla a comprar como delincuentes y yo me dedicaba a estornudar en todas las estanterías del supermercado, acosada por el guardia de seguridad que se debatía entre echarme de allí o llamar al equipo de especialistas que aislaron la casa de Eliot en ET el Extraterrestre.

Así que, bueno, algo tenía que hacer y empecé por mis pestañas, pobres. Tiesas y desgraciosas. Algo que traté de solucionar con mucho glamour; un lifting de pestañas durante el que me las rizaron y les pusieron un tinte negro ¡parece que me haya puesto rimel! Aunque solo me lo parece a mí.

Después le tocó el turno al pelo. Era hora de tapar ese mechón blanco de canas, tan prensado y localizado y que amenazaba con crecer y reproducirse. Fin. Me he teñido el pelo en un todo castaño rojizo que no parece quedar mal con mis ojos ¡me gusta! Aunque me lo veo un poco oscuro y como soy tan blanca... Creo que eso también lo solucionará este año.

Y las uñas ¡que no decaiga! Mis uñas en color rojizo granate, tipo terciopelo ¡este color me encanta! me veo las manos más bonitas, aunque también me distraen más mientras escribo.

Otra de las cosas que va a cambiar es mi lugar de residencia, porque ya he empezado a mirar vivienda en Alcoy. Allí es donde planeo trasladarme en breve ¡con gatos y todo! Dejaré mi piso de Torrent para cambiar de nuevo de aires, para empezar, para volver a la incomodidad de todos los inicios y para evitar pasarme la vida de un lado a otro, entre añorando a los gatos y evitando tener que conducir tanto.

No quiero dejar esto ni la comodidad que me proporciona ni a las personas que aquí se quedan, pero es hora de dar otro paso y esta vez será para alejarme todavía más de la costa y la familia.

Pero esta crisis todavía me pide más novedades ¿qué será lo siguiente?





Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo que me salvó cuando toqué fondo (y cómo empezar de cero sin fingir que estás bien)

Hay momentos en los que ni el café es capaz de arreglar la situación, ni las frases motivadoras, ni las ganas de seguir como si todo fuera normal, haciendo lo de siempre y dejándote arrastrar por la inercia de la vida.  Para algunas puede que el maquillaje sea un salvavidas para esconderse del mundo Pero yo no tengo ese recursos porque ni sé maquillarme ni suelo hacerlo y las pocas veces que me pongo rímel acabo frotándome los ojos antes de salir de casa. Pero ¿qué pasa cuando tocas fondo, pero tienes que seguir cuidando de otros, trabajando o sonriendo?  Es duro, lo sé, creo que en ese momento de lucidez en el que cuerpo y mente se alían para decirte que no puedes seguir así, que no puedes soportar más esa situación, que necesitas liberarte o escapar o gritar o cambiar de vida o desaparecer, es en ese momento cuando oyes el chasquido final en el pozo y entiendes que eso es y tiene que ser el final de tu caída. Porque funcionar en automático a veces te salva. Te ayuda a curart...

Vivir en un pueblo con calma: maternidad, silencio y raíces

Vivir en un pueblo es una idea que a muchos de nosotros nos resultaba cada vez más atractiva, sobre todo después de la pandemia, pero no necesariamente motivada por eso. También el bullicio, los precios, la escasez de oferta inmobiliaria y otros factores han influido. Y sí, déjame decirte que siempre es una buena idea, aunque no apta para todo el mundo. La vida rural funciona a otro ritmo y eso se respira en el aire, sin duda. En algunos aspectos, es como trasladar tu paz mental a tu contexto más cercano o retroalimentar esa paz interior con un exterior acorde e inspirador. Al final ambas cosas pueden ser dependientes. Además, en la mayor parte de los pueblos hay un porcentaje de viviendas que solo se usan los fines de semana (o en vacaciones), por aquellos que huyen de las ciudades y prefieren pasar sus días de descanso en entornos más tranquilos y que les ayuden a desconectar, a dormir mejor y a disfrutar de una tranquilidad que no es fácil encontrar en los entornos urbanos. Y eso se...

Descubriendo la mente de una persona con trastorno de la personalidad narcisista

Es teoría, este tipo de psicopatía solo afectaba al 1 % de la población y cerca del 75 % de estas personas son hombres. Es decir, que en España teníamos a casi 500.000 personas con trastorno de la personalidad narcisista o TNP y, de ellos, unos 370.000 eran hombres, que así es más fácil verlo. No obstante, hablao en pasado porque recientes estudios confirman que este porcentaje podría estar ahora mismo entorno al 20 % ¡no me puedo creer este aumento tan significativo! Pues lo cierto es que, según parece, hasta el 50 % de ellos los podemos encontrar en empresas, en puestos directivos o como jefes/dueños/socios del negocio. Creo que esto debería ser un nuevo patrón para este perfil de psicopatías ¿no te parece? Una mayoría de hombres y la mitad en puestos de responsabilidad. Y bueno, volviendo a esos 370.000 que ya tenemos "censados", por decirlo de alguna forma y obviando supuestos más alarmantes, quizás podrías pensar que es casi como encontrar una aguja en un pajar ¿no? Meno...