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Haciéndole la cobra a mi ordenador

Seguimos viviendo tiempos de confinamiento; con colas y explicaciones para poder llegar hasta casa y pases escritos que nos permitan salir de ella. Congelados mientras el tiempo pasa y asumiendo que relacionarnos con otras personas es irresponsable, una temeridad o una falta de respeto por la vida humana. Aunque esa es solo una de las consecuencias de tener remordimientos.

Este fin de semana, poco más o menos como ha sucedido con los últimos, lo he pasado en casa. Tratando de darle largas a mi ordenador, que me aguardaba repleto de seductor trabajo que hacer y con plazos de entrega cortísimos ¡maravilloso!

Pero bueno, el caso es que llevo horas escaqueándome y para hacerlo se me han pasado por la cabeza todo tipo de cosas que hacer.

Perdí esos dos kilos de más que me atormentaron la semana pasada y al mirarme hoy no me he visto nada sexy. Creo que mi cuerpo tiene mucho potencial y es una pena que no le ponga más interés, al fin y al cabo es el me ha tocado tener.

Aunque, a priori, me apetecía cambiar un poco esa forma tan clásica que tengo de vestir y soltarme con los vestidos. Con lo que he empezado a mirar todo tipo de catálogos digitales, llenando y vaciando el carrito una y otra vez, sin decidirme. Porque te confieso que después me sabe comprar más ropa teniendo el armario lleno.

Sin embargo, la mayoría de las prendas dejaron de venirme bien hace años... Con lo que también están ahí congeladas mientras pasan los días.

El plan B ha sido la sesión improvisada de belleza, que ha empezado por depilarme los cuatro tristes pelos que siguen empeñándose en salir en mis piernas para hacer efecto velcro con mis vaqueros. Para ser tan pocos ¡tienen mala leche!

Debo decir que he conseguido completar la misión con éxito ¡gatos mediante! Y lo que tienen estas cosas es que cuando empiezas siempre quieres más. Así que después de la ducha he pensado en mi pobre cara y su aspecto tras todas las horas a las que la someto a la sauna insalubre y el microclima que se forma dentro de la mascarilla. Y he acabado de esta guisa...



Y viendo mi foto debo admitir que pronto seré una de esas señoras que se pintan las cejas para disimular la falta de pelos ¡vaya tela!

Lo siguiente han sido las uñas y es una de las cosas que peor se me da. Tengo tres pintauñas; uno azul que compré de forma compulsiva uno de esos días similares a este fin de semana en general, uno rojo que me puse para una boda y uno negro que heredé de mi ex marido.

Esta vez escogí el azul, por rentabilizarlo, aunque creo que lo tengo más de 10 años y aún queda más de medio. Y debo confesarte que se me da fatal. He acabado con un par de marcas en dos uñas de la mano derecho y a punto de quitarme el color en cuanto se ha secado, pero va, voy a darle una oportunidad ¡esperaré a mañana!

Hacerle la cobra a mi ordenador no es fácil ¡hasta puede que me sienta culpable! Con lo bien que me vendría sacar todo ese trabajo adelante y lo poco que me apetece.

Lo cierto es que no hacer nada excepto trabajar de lunes a domingo agota la mente y el cuerpo nos pide vías de escape. Y lo más triste es que esas vías se resumen en pasear con la cara tapada y manteniendo una distancia prudencial con las personas a las que nos cruzamos.

¿Te ha pasado que te has encontrado con algún amigo al que sueles dar un abrazo efusivo y de repente te has visto ahí, de pie, con miedo de tocarle y saludándole penosamente? Qué situación tan ridícula y absurda.

Tampoco quiero que pienses que soy ajena a la cantidad de personas que están graves o muriendo por esta situación que nos amenaza. Pero no deja de suponerme una lucha interna.

En fin, debo rendirme ya a las obligaciones, despeluchada, limpia, con la cara lavada y las uñas azules.

¿Cómo estás pasando tú el fin de semana?

Comentarios

  1. La sangre azul se manifiesta en las uñas, en sus bordes, el karma oscuro se manifiesta en las dudas y los anhelos en el pincel rojo, las nubes son como dragones que se retuercen a mordidas y respiran kalima, la envidia de los dioses que sentimos oyéndoles tronar: también la sienten ellos: creyendo que nos sobra tranquilidad, creyendo que nos sobran los párpados si tienes las vértebras de la cobra.. ^_^

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