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Se acerca la Navidad y no es una amenaza

 Este año se nos ha pasado volando y ya se acerca la Navidad. Quizás es un poco pronto para los roscones de Reyes (que ya los venden en ciertos supermercados), pero estamos a muy poco de decorar las casas y es ¡me apetece muchísimo! Llegar y ver colores y adornos, como si fuera fiesta. 

Porque además las Navidades no suelen ser para hacer uso de un gusto exquisito por las combinaciones de colores y formas, quizás sí lo sea para las altas esferas, aunque dudo que sean ellos mismos quienes decoran sus viviendas de revista, tan... Inhabitables.

Para el resto de los mortales resulta una fiesta bastante hortera; con dorados, rojos, plateados y azules que mezclamos sin ton ni son. Figuritas y adornos de diferentes estilos y formas, rodeados de luces de colores y, a veces, hasta detalles manuales.

Nuestras viviendas terminan pareciéndose más a locales navideños con toques flamencos, nieve y todo tipo de excesos infumables. Pero es justo el punto personal, divertido y único que necesitamos en estos días. Eso que solo sabes tú de dónde ha salido o que te recuerda algún momento vivido de este año o de los anteriores.

Quizás no eres como un duendecillo en estas fechas, pero creo sinceramente que necesitamos más de esto. Un poco más de sonrisas, de dejarnos llevar y de buscar momentos. Necesitamos olvidarnos de la seriedad, las noticias y las enfermedades. Hacer un paréntesis de esos que terminan con una diadema con cuernos de reno o una mantita en el sofá rodeados de pequeñas lucecitas intermitentes.

Es genial escaparnos a unos grandes almacenes a comprar pequeños regalos para nuestros seres queridos. Comprarlos con su imagen en nuestra cabeza y pensando en esa cara que creemos que pondrán cuando los vean. Aunque no estemos juntos, aunque no estemos cerca, es igualmente genial.

Como también sería divertido escribir esas postales con nuestros mejores deseos para todas las personas a las que tenemos algo que decir. Y no importa si es solo un beso o un abrazo o un te quiero. Este año falta calor humano y mucho cariño.

Por eso no hay nada que esté de más estas Navidades. 

En mi casa habrá ropa hortera, quizás algún dulce, luces de colores, carteles de fieltro con felicitaciones, calcetines gordos, guirnaldas y todo lo que me apetezca. Prometo dar rienda suelta a mi niña interior, aunque tenga que estar todo ¡fuera del alcance de los gatos!

¡Incluso he comprado mascarillas de Papá Noel! ¿No es genial?

Te deseo unos días con muchas sonrisas y todo el calor que se pueda.



Comentarios

  1. Ojala podamos tener muchas sonrisas y celebrarlo con la familia

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    1. Esperemos que sí, pero si no puede ser, inventaremos otra forma de hacerlo. Un abrazo fuerte.

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