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Cada día más cerca del "come, medita, ama" de Julia Roberts ¿era así?

Hoy (para ti ayer) el trabajo ha sido una auténtica locura y durmiendo a plazos en bloques de 3 o 4 horas no te creas que estoy todo lo lúcida que debiera. Aunque dicen que el insomnio es generalizado... Un efecto secundario del encierro. En fin, que me estoy cubriendo de gloria. Ya solo falta que el trabajo se traduzca en ingresos y todo valdrá la pena.

A mí no me importa ayudar a la gente, echarles una mano en lo que sea o explicar todo lo que les baila un poco para que entiendan al menos lo básico y sepan escoger lo que más les interesa. Siempre hablando del tema digital o el marketing digital en general. 

En mis cursos también lo hago, no me importa compartir todos los trucos, entiendo que mi experiencia y, sobre todo la parte creativa, es lo que nos diferencia a unos de otros, así que ¿por qué no íbamos a poder contar todos con la misma información? Además, hay una premisa básica en el entorno digital y que sirve para muchos otros: o tienes tiempo o tienes dinero.

Si tienes tiempo te lo haces tú y si tienes dinero te lo hacen otros. Así de sencillo y aplicable a muchos otros sectores. Por eso yo se lo cuento y después que decidan. Lo que no me gustaría es tener la sensación de que se aprovechan de mí, es decir, yo suelo mostrarme dispuesta y en cualquier momento pueden contactar conmigo por alguna duda, pero las horas de servicio técnico o la formación se paga ¿esto está claro?

Yo no voy a dejar de explicarles lo que sea, pero a algunos les he dados clases magistrales de más de una hora, con recomendaciones, programas que pueden usar y todo tipo de opciones. Y es que siempre me ha costado establecer ese tipo de límites y no tengo la cara dura o la frialdad o la inteligencia emocional para cortar algo así.

Quizás repita el curso de gestión de redes sociales para empresas, fue un éxito. Lo pensaré.

Ahora ya vale de trabajo, llevo en intensivo desde la semana pasada y no paré ni el fin de semana. Estoy bastante rebotada y con ganas de jaleo, bueno, a decir verdad, estoy potrosa. Creo que es un adjetivo que solo se usa aquí y solo para referirse a los niños, pero me parece que es lo más acertado en mi caso.

Estoy potrosa. No sé si quiero salir o no, no sé si quiero dormir o no, las noches se me hacen largas, los días cortos, tengo ganas de juerga pero no sé si me atrevo.

Te voy a contar otro secreto: tengo un hermano. Él es hijo de mi padre, pero lo tuvo con otra mujer y nos llevamos justo 20 años y 5 días. Ambos del mismo signo.

Es un niño encantador y súper bonico. Me sabe mal no haber tenido con él una relación normal de hermanos, no conocerle.

Pienso en él muchas veces, aunque no suelo decirle nada. No sé cómo ve él todo esto, qué pensará o cuál es su opinión. El padre que él ha podido tener no es el mismo que yo conocí ni seguro que sus recuerdos de la niñez tienen que ver con los míos. Su madre tampoco quiso nunca que hubiera fotos de mi hermana o mías a la vista, así que no me puedo imaginar cómo lo ha vivido.

Bueno, supongo que es un mal menor y quizás ahora, que es más mayor, podamos vernos más o conocernos un poco. Me gustaría.

Creo que en general sí que quiero ser más gamberra.

Cuando vi la película de Julia, Come, reza, ama, me encantó. Me habría gustado mucho hacer algo así y vivir de esa manera. Es una pena que estemos tan atados al dinero y que sea él quien permita vivencias y experiencias tan enriquecedoras como viajar así o tener un año sabático en el que dedicarse solo a la introspección. Conocerse a uno mismo, conocer nuevos lugares, probar, oler, tocar.

Lo mejor de viajar no puede percibirlo quien no es capaz de abrirse al mundo. Hay que estar dispuesto a escuchar y a entender desde la perspectiva del otro. Cada sociedad o cada colectivo sigue sus propios criterios y es divertido descubrir que a otros le horroriza lo que para nosotros es habitual o viceversa.

Hay muchos lugares casi mágicos en los que sería fantástico estar, pero hay mucho más que descubrir en las personas que los habitan.

Yo no querría comprar grandes coches ni la casa más espectacular de los alrededores, no tendría fabulosas joyas ni un armario como el de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York, pero me gustaría mucho poder dedicarme a estudiar lo que me apeteciese y a viajar siempre que quisiera.

¿Qué querrías tú? ¿Soñamos un poco?

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