Yo siempre había pensado que las fantasías son como los culos y que cada uno tiene las suyas, pero en estos años he podido descubrir que no es así y que el culo es algo mucho más común y universal que todo lo demás. Algo que da pie a múltiples interpretaciones, como que morimos por la boca o nos pasamos de fantabulosos al recrear nuestras experiencias o expectativas.
Tal parece que la mayor parte de los hombres se conformase con una mujer a la que le guste el sexo, pero ¿has hablado con muchas divorciadas? ¿No serán ellos los que pecan de vagos-sexuales? Curioso. Lo dejaremos en tablas, de momento...
¿Las expectativas? Serán algo así como la trilogía de Cincuenta sombras de Grey, que parecen prometer unas escenas sexuales increíbles y después no pasan de ser unos cachetes con algún juguete de por medio. A pesar de eso no me importaría tener un Grey en mi vida, porque ella, más allá de dejarse hacer, no es que sea una mujer muy colaboradora.
Eso es lo que esperamos en parte las mujeres. Esperamos que cualquier hombre, por el hecho de serlo, sepa desenvolverse y después resulta que todos necesitan instrucciones. A veces solo es cuestión de echarle ganas y lo que decía Raúl en uno de sus comentarios, a una mala... (No lo voy a reproducir que tendré que pagar derechos de autor).
Quizás sea justo eso la clave, echarle ganas, querer disfrutar, querer hacer disfrutar al otro, no mucho más. El resto es cuestión de práctica.
Las fantasías son perfectas. Nos estimulan y nos llenan la cabeza de porno cuando más lo necesitamos, pero son solo eso, fantasías y sin duda siempre serán mejores en nuestra imaginación que en la práctica.
Ahora bien ¿cuándo y cuáles deberías llevar a la práctica? Posiblemente las más recurrentes. Cuando algo se repite muchas veces o las ganas de probarlo no se te pasan, quizás ha llegado el momento de llevarlo a cabo o, si hay participantes, de proponerlo abiertamente.
Si tienes una pareja deberías poder hablarle de cualquier cosa, sobre todo porque esta clase de confianza es justo lo que se espera de tu compañero o compañera de vida. Otra cosa es que no quiera probarlo, está en su derecho.
El inconveniente aparece cuando tu pareja no quiere probar nada de lo que te a ti te apetece hacer, por muy ínfimo que sea. Entonces deberías valorar si puedes vivir sin eso o si te compensa, simplemente.
Ya comenté mi opinión al respecto; el sexo en uno de los pilares fundamentales para mí, no mayor que el resto, pero igual de necesario. Si falla cualquiera de ellos la construcción se desmorona.
Al final resulta muy estimulante sentirte deseada, que otro te acepte tal y como eres, que quiera estar contigo, que te escoja a ti... A partir de ahí solo hay que ponerse de acuerdo.
Y tus fantasías ¿cuáles son?
Me a gustado mucho. Llevas toda la razón del mundo. Te cedo los derechos de autor del comentario, lo puedes hacer tuyo ��. Entre el deporte, los bizcochos, el niño etc. Llevaba días sin leerte.
ResponderEliminarDicho queda, esto vale como prueba :p
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