Las cosas cambian y es cierto que se han visto estimuladas por un, no tan pequeño punto de inflexión, pero sea como fuere, me he marcado un nuevo hito o goal para las generaciones a partir de los millennials.
Cuando te hablaba de "Adelgazar después de los 40" (te dejo le link), te exponía mis razones y argumentos para conseguir esos pequeños cambios o adaptaciones tal y como nuestro cuerpo va quemando etapas... Algo así. Por eso hoy te traigo el siguiente paso: estoy en el camino.
Es cierto que yo necesitaba adelgazar, por varias razones, pero principalmente por mí y por mi salud, para poder llevar una vida activa normal, sin dolores, sin molestias y sin limitaciones físicas o sus derivadas mentales. Además de para evitarme problemas de salud futuros en mis siguientes décadas.
Hace poco te conté "Mi última ruptura: mi relación con el azúcar" y esa, amiga mía, ha sido la clave de todo esto. Dejé radicalmente de consumir azúcar directo (en forma de dulces de cualquier tipo) y empecé a controlar el azúcar que añaden a los alimentos sin que lo sepamos. Para que te hagas una idea, un bote de refresco de cola tiene entre 35 y 37 gramos de azúcar, que equivale a más de 7 cucharadas y más del 100 % del total diario que la OMS recomienda para un adulto ¡una sola lata!
Yo ahora suelo estar entre los 7 y los 11 gramos diarios, que sería alrededor de un 30 % de lo que la OMS recomienda y todo ese azúcar viene de los huevos, las nueces, los arándanos, algunas verduras como la berenjena o el calabacín y algún que otro café con leche en el bar (por la lactosa de la leche, porque yo no le añado ningún tipo de edulcorante al café).
¿Qué he notado? Pues varias cosas. Ya te dije que habían desaparecido los antojos, pero del todo del todo. Ha sido increíble. Ni postres ni dulces ni chocolates ni tentaciones cuando voy a comprar o salgo a algún restaurante... Nada.
Por otro lado, en este mes y medio (un poco más) he perdido más de 10 kilos de peso y otro tanto de volumen ¡me estoy deshinchando! Que supongo que no será solo por el azúcar, ya que esas tentaciones que te comento han desaparecido. Lo que sí que pasa ahora es que llevo una alimentación más controlada y lineal, respeto más los horarios y hay un mayor equilibrio entre los macronutrientes que consumo cada día.
No pienses que cuesta un esfuerzo brutal este seguimiento, porque me descargué la app MyFitnessPal y listo. Así más o menos calculo los porcentajes de macro nutrientes que llevo en el día (proteínas, hidratos y grasas) y sé si tengo que cenar champiñones con atún o carne con ensalada y un poco de queso. Y el resultado es que mis ingestas diarias son más o menos similares, entre las 1.200 y las 1.300 calorías por día, sin picos, sin atracones y sin demasiadas variaciones. Estoy en el punto de equilibrio.
Creo que esta es la clave, porque desde mi ignorancia pienso que, si no genero ningún pico elevado de azúcar en sangre, mi páncreas va a la marcheta pero sin excesos, porque ya sabes que después de esos picos hay una liberación extra de insulina para equilibrarlos y el resultado es que se genera otro pico pero invertido, es decir, un déficit de glucosa en sangre y por eso sientes un hambre galopante y antojos de dulce tras comer bollería, más dulces o un gran plato de pasta.
Es curioso la cantidad ingente de pasta que podemos comer sin saciarnos en comparación con la cantidad de carne y eso es porque las proteínas llenan más que los hidratos de carbono.
Solución, evitas esos picos de glucosa o azúcar en sangre y ya tienes el hambre bajo control o así ha sido en mi caso. Y lo mejor es que lo estoy manteniendo en el tiempo, porque en estas 9 semanas aprox he llevado este ritmo de comidas sin ninguna pega ni bajón.
Y el siguiente paso es tonificar el músculo para aumentar el metabolismo basal. Porque ya sabes que un músculo fuerte consume más energía (calorías) y evita caídas, roturas de huesos y, en general, te "rejuvenece" físicamente.
¿Más cosas? Pues que me veo estupenda, quizás sugestionada por el chute de autoestima que supone conseguir tus metas o ir quemando etapas sin desfallecer. Me veo fuerte y capaz y con ganas de seguir cuidándome y mejorando cada día.
A todo esto, a mediados de mayo me apunté a un gimnasio, pero un gimnasio de los que me gustan, como el Stars Gym de Benetússer. Para acudir a trabajar, literalmente y para recuperar una rutina de máquinas, pesas y hierros que hacía muchos años que necesitaba. En este caso es el Ben Gym de Alcoy.
El primer día me sorprendió porque oye, es cierto eso de que donde fuego quedan brasas y cuando hice press militar con barra (20 kg de peso), no te imaginas la satisfacción personal de sentir que sí que podía, a pesar de mis 42 años, de los 8 que llevo de inactividad total y de mi exceso de peso.
Ese primer día cuando me fui a la ducha me temblaba el cuerpo y sobre todo los brazos al intentar lavarme el pelo. Hacía más de 10 años que no tenía esa sensación que, a pesar de lo que puedas imaginar, es sumamente placentera. Es una expresión de la satisfacción personal o, lo que ahora llamarían, el empoderamiento.
Creo que esta es una de las ventajas (quizás la única) con las que contamos los que ya hemos hecho deporte intenso alguna vez en nuestra vida. Y digo que es una ventaja porque ya sabemos cuál es el proceso; conocemos el dolor intenso, el esfuerzo que supone completar las rutinas, las agujetas cada cierto tiempo y la necesidad de retar al cuerpo para mejorar. Ya estamos preparados para soportar todo eso porque ya lo hemos vivido.
Esta es mi cuarta semana y acudo puntual 3 días, pero es la última, porque a partir de la semana que viene serán 4 días semanales ¡y lo estoy deseando! A mí el gimnasio (las pesas) me da la vida y me estimula y me empuja y me encanta. Eso sí, a las 14h del mediodía o como alternativa a las 7h de la mañana, nada de horas punta ni colas ni más de 5 personas en sala. Eso no es para mí. Igual lo que a mí me pasa con el gimnasio (gym para los de la ESO), a ti te pasa con los bailes de salón, el piragüismo o la costura.
Pero lo mejor es que mis niveles de energía están desatados, voy a tope por la vida y a parte del gimnasio, salgo a caminar o a hacer rutillas por la montaña y los alrededores tan bonitos de Alcoy y empiezo a sentirme en esos mismos niveles que tuviera hace años cuando quería comerme el mundo. Eso es lo que está haciendo el deporte por mí y lo que me está dando una dieta más equilibrada.
Y quizás por eso quería decirte en aquel texto "Adelgazar después de los 40" que no tenemos excusas, porque cuando hacemos las cosas bien realmente todo mejora, las emociones, la energía, el físico, las ganas, la actitud... Entonces ¿quién prefiere seguir estancado en un estado que no desea? Ojo, que también debo decirte que ese primer paso supone un gran esfuerzo general y consciente, supone llegar a ese punto de inflexión en el que tienes dos opciones: o apuestas por ti y empiezas a ponerle remedio y ganas (muchas) o te dejas llevar por ese estado vicioso de los altibajos, las quejas y las derrotas.
También te digo que a ese punto debes llegar sola o solo. De nada va a servir que otros te digan o te animen o te acompañen o te regalen la equipación deportiva más sexy. Tienes que querer tú y no importa si te cuesta un año o siete o diecisiete, porque nunca es tarde para empezar. Y al final se trata de ti y de tu vida, nadie va a sentir tu dolor ni a pasar tus sensaciones o enfrentar tus dolencias y por eso nadie puede tomar esa decisión por ti.
Quizás no sea necesario en tu caso, quizás estás perfectamente y te quieres como eres y como estás. En ese caso te felicito, porque este camino hacia el autoconomiento y el amor propio no todo el mundo lo recorre y tampoco es algo sencillo o rápido. Para mí el confinamiento fue una etapa fantástica justo por este motivo, porque supuso una excusa para estar conmigo y dedicarme tiempo ¡y me encantó! Pero de nuevo repito que es algo muy personal de cada uno.
Y también te reitero un actitud benevolente, porque no estamos obligados a nada, no hay ningún filtro que diga que tenemos que vivir así o asá a tal edad o a tal otra, tampoco hay prisa ni hay que rendir cuentas con nadie y por eso debes respetar tus ritmos y tus tiempos. Quiérete a pesar de todo y de todos y compárate solo contigo misma, porque eres tan especial y única como cualquiera, pero siempre incomparable al resto.
Enhorabuena....voy a ver si te sigo...
ResponderEliminarY yo… ¿Que me quito?
ResponderEliminarHola, no sé a qué te refieres ¿puedes explicarte un poco más? Gracias :)
Eliminar