Ir al contenido principal

Adelgazar después de los 40 ¡no tenemos excusa!

Vale, ya hemos pasado los 40 y adelgazar es difícil (lo sabemos) y hay que estar centrado en el objetivo y te estancas y hay bajones y días de comértelo todo y a veces pasas hambre y quieres salir con los amigos y todo lo que quieras añadir ¡te lo compro! Uy, no, no te lo compro, ya está bien de excusas, que a nuestra edad está feo.

Si miras atrás verás que has conquistado muchas cimas, que hasta cuando creías que no podías... Incluso en esos casos, a veces lo conseguiste y esto no es más complicado, solo que en esta cima vas a construir un nuevo hogar en el que permanecer todo el tiempo que sea posible.

Según pasan los años, mi balanza mental cambia y si antes quería estar delgada, ahora prefiero estar sana. Porque me preocupa más envejecer sin pastillero ni calendario de médicos semanal que entrar en una u otra talla. Quiero sentirme ágil, cansarme menos y hacerme analíticas de sangre una vez al año y por pura rutina. No necesito más, buenos sí y que revisen las tablas del IMC (Índice de Masa Corporal), que te pasas de gambas y entras en obesidad tipo I. Un despropósito.

Mi pilar fundamental es el deporte, porque es lo que más me ha gustado hacer y más beneficios me ha aportado, pero lo mío con la comida no tiene nombre. No sé si te he contado ya aquella vez que cené arroz (y olé) pasadas las 12 de la noche, estando en el confinamiento. Que tú dirás "eso con la rutina labora se soluciona", mmm... No, no se soluciona nada. Ayer comí a las 2 y hoy casi a las 4.

Algunos fundamentos o excusas normalizadas

Ya sabes que a partir de los 40 cuesta más adelgazar y después de los 50 más y así sucesivamente ¿no? Esa excusa sí te la compro porque la entiendo. Es decir, seguro que has leído muchas veces que a partir de cierta edad empezamos a perder masa muscular; tenemos menos fuerza física, el pecho pierde densidad, la piel pierde elasticidad y nos cuelgan más los brazos al saludar. Esto nos pasa a todas menos a la reina, claro. Habrá que vivir con ello.

Pero todo eso se traduce en que nuestro metabolismo basal es más bajo y consume menos. Por ejemplo, si yo ahora gasto 1.300 kcal al día solo para mantenerme viva (las que gastan los procesos fisiológicos automáticos, como respirar, mantener la sangre circulando, hacer la digestión), en unos años esta cifra podría reducirse a 1.000 o menos. Eso significa que comiendo lo mismo y viviendo exactamente igual que ahora, acumularía 300 kcal extra al mes.

Para que te hagas una idea voy a darte una referencia para que compares. Se supone que las mujeres embarazadas tienen que aumentar su ingesta diaria en unas 300/400 kcal de más. Con lo que engordar por envejecer es muy parecido a engordar por fabricar más humanos. ¿Entiendes la comparación?

Y aquí llega el momento de plantearse dos alternativas, ya que sabemos que nuestro gasto diario va a ir bajando, podemos comer menos cantidad de comida al día o aumentar progresivamente nuestro consumo metabólico. Lo que viene a ser fortalecer los músculos para evitar la pérdida de masa y para que sigan consumiendo más calorías, como hasta ahora o, si es posible, como lo hacían hace 10 años (los míos ya no se acordarán, pero estaban a tope).

A todas esas personas de "¡si yo como lo de siempre y como siempre! Pero antes estaba bien y ahora engordo y no sé por qué", les acabo de descubrir América (me río por no llorar).

Vamos al lío chicas, toca cuidarse

Tenemos que cambiar el chip, hay que ir adaptándose. Además, yo siempre suelo hablar de forma bastante genérica cuando hago recomendaciones, porque después están los problemas hormonales, las enfermedades relacionadas, la medicación, los contratiempos y todas las diferencias que puedan darse de un cuerpo a otro (que igual vienen siendo infinitas o casi).

Por eso lo dejaremos en pautas generales. Fíjate que hasta esas recomendaciones generales, que a veces convertimos en Ley, tienen sus lagunas. Como lo de los 10.000 pasos diarios mínimos que pedía la OMS (Organización Mundial de la Salud) para estar sano, ya que parece que lo óptimo podría estar en torno a los 15.000 diarios. Mientras que un estudio de Harvard dice que con 8.000 al día ya se reduce considerablemente la mortalidad. Pues eso, que hay que cuestionarlo todo y ponerse en manos de profesionales porque no hay verdades universales.

Volvemos al inicio ¿es difícil? Sí, pero porque hay que poner el foco y mantenerlo. No podemos olvidarnos y perdernos por el camino con cualquier pizza; no podemos tener altibajos constantes; no podemos abandonar al primer acto de flojera que nos entre (llámalo restaurante de moda o como quieras); sencillamente no podemos dejar de hacerlo porque la salud es lo más importante y porque tenemos que hacer un montón de cosas todavía.

Así que busca ya un nutricionista, escoge alguna actividad que te apetezca hacer (bailar cuando nadie te mira también vale) o empieza a buscar grupos senderistas o compañeras que quieran salir a andar un rato contigo y muévete. 

Unos consejos adicionales: 
  • Los ascensores no son tus amigos, no los uses. Aquí tener claustrofobia es una ventaja.
  • Aparcar delante de tu casa ya no es el objetivo a conseguir (aunque en algunos lugares sirva para echarse el moco). Escoge una zona que te venga de paso en tu ruta mientras vuelves con el coche y el resto lo haces caminando.
  • Carga tú los packs de agua. Por si no lo sabías, caminar con sendos lastres de 6 u 8 kg forma parte de algunos entrenamientos militares o de Cross Fit, creo que se le llama el camino del granjero o paseo del granjero y consiste en andar con una pesa en cada mano. Así que volver a casa con la compra cuenta como entrenamiento.
  • No mandes a los demás que te traigan las cosas, acércate tú que, como decía mi madre, también tienes pies y te vendrá muy bien usarlos más.
  • Ponte pruebas, puede ser divertido. Por ejemplo, cada vez que vayas al baño haces 5 sentadillas. Mejor al terminar, por si te pilla apurada para que no te lo hagas encima. Puedes probar una semana y después cambiar, antes de que se lo cuentes a alguien y piensen que estás loca.
  • Intenta moverte más después de las comidas. Porque lo de la siesta está bien, pero para las blanditas. Cuando termines de comer quita la mesa, friega los platos, revisa tu lista de la compra, lávate los dientes y marea lo que quieras al menos 30 o 40 minutos. Después, si para ti es religión, puedes hacer siesta o sentarte un rato, pero después.
  • Usa bolas chinas. En las farmacias las hay de diferentes tipos y estarán encantadas de explicarte todos sus beneficios. Así puedes ponértelas cuando salgas a caminar, por ejemplo. Ya sabes, hay que cuidarse por dentro y por fuera, que después todo son problemas.
  • Y lo de llevar frutos secos en el bolso está bien, al menos si tienes ansiedad o te gusta picar, porque evita llevarte a la boca otras cosas que no debes (no te rías).

Vale, repasemos ¿qué nos queda?

Después de esto ya solo falta lo de escoger una actividad nueva. Quizás sea un buen momento para aprender otras cosas, como bailes de salón, Tai Chi, Yoga o apuntarte como voluntaria en una protectora de animales para pasearlos y limpiar jaulas. 

Si mantienes esa actividad lo suficiente, además de estar más activa y sana, también conseguirás hacer nuevas amistades. Creo que esto es una de las cosas más importantes porque las personas que salen mucho de fiesta tienen amigos que son igualmente fiesteros, como las personas que no fuman suelen juntarse con no fumadores. Es decir, que nuestros hábitos sufren cierta simbiosis con los de las personas que nos rodeamos.

Lo que te quiero decir es que los círculos sociales refuerzan y arrastran. Por eso, si te juntas con personas que comparten tu mismo objetivo, te será mucho más fácil, igual que si te buscas una pareja que sea muy activa. Pero ese no es el único beneficio que te aportarán las amistades. 

De hecho, imagina que tienes varios círculos de amigos: los de la bici, los del trabajo, los de Yoga, los del pueblo. Eso es sanísimo porque, si alguna vez te falla un grupo, tienes otros para reforzarte. Y créeme que su importancia crece con el tiempo, sobre todo cuando llegamos a esa edad en la vejez en que se nos empiezan a morir los amigos. He visto esa fase en mi abuela y es muy duro, de hecho ella está tratándose por depresión.

También en el caso de los adolescentes. Imagina que tu hijo tiene a sus amigos del cole y no hace ninguna otra actividad. Igual no ha sido un lumbreras escogiendo compañía y de repente el resto empiezan a tontear con drogas o cualquier historia horrible. Si deja de ir con ellos estará solo y eso es inviable en plena adolescencia, cuando luchamos hasta contra nosotros mismos solo con el fin de encontrar nuestro sitio en este ecosistema social.

Sin embargo, si ha forma parte de un equipo deportivo, de un conservatorio o de un coro, siempre que tenga la madurez para evitar los vicios tóxicos o dañinos (que esto tampoco es magia), dejará de ir con el grupo discordante y se apoyará más en sus otros amigos, con lo que tendrá (supuestamente) más cosas en común. Esto no aplica si tu hijo es el cabecilla a la hora de hacer cosas que no debe.

Como siempre, me he extendido más de lo que quería en un principio. 

Conclusión: no hay excusas para quererte sana. 

Objetivo: lamentarnos 0 segundos cuando fallemos y seguir adelante con nuestro compromiso sin mirar atrás.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Descubriendo la mente de una persona con trastorno de la personalidad narcisista

Es teoría, este tipo de psicopatía solo afectaba al 1 % de la población y cerca del 75 % de estas personas son hombres. Es decir, que en España teníamos a casi 500.000 personas con trastorno de la personalidad narcisista o TNP y, de ellos, unos 370.000 eran hombres, que así es más fácil verlo. No obstante, hablao en pasado porque recientes estudios confirman que este porcentaje podría estar ahora mismo entorno al 20 % ¡no me puedo creer este aumento tan significativo! Pues lo cierto es que, según parece, hasta el 50 % de ellos los podemos encontrar en empresas, en puestos directivos o como jefes/dueños/socios del negocio. Creo que esto debería ser un nuevo patrón para este perfil de psicopatías ¿no te parece? Una mayoría de hombres y la mitad en puestos de responsabilidad. Y bueno, volviendo a esos 370.000 que ya tenemos "censados", por decirlo de alguna forma y obviando supuestos más alarmantes, quizás podrías pensar que es casi como encontrar una aguja en un pajar ¿no? Meno...

Momento vital: mejorando

¡Cuántas ganas tenía de escribirte! Pero lo cierto es que ser mamá es un trabajo a tiempo completo y que te ocupa las horas como si tal cosa; empiezas con el paseo y cuando te das cuenta ya la estás acostando y así, todo rodado, los días pasan con gran velocidad. Las noches también se hacen cortas, pero no hay tiempo para pasar sueño, solo algún bostezo furtivo mientras estás haciendo otra cosa. Un poco locura. ¿Vida social? Quizás dentro de un año, mientras tanto hay demasiadas cosas que hacer. ¿Morriñas? Bueno, no puedo decir que no haya cosas que eche de menos, pero realmente no son tan necesarias y es que ahora todo parece haberse quedado en un segundo plano. Supongo que, como casi todo en la vida, es cuestión de prioridades y ahora las mías son otras.  Solo un inciso: es cierto eso de que las personas que no tienen bebés no son conscientes de la cantidad de tiempo libre de que disponen. ¡Vaya! Tú y yo teníamos muchas cosas a medias que deberíamos ir retomando ¿verdad? Mientras...

¡He sobrevivido a la maternidad! De momento

¡Vaya tela! He tenido un bebé ¡HE TENIDO UN BEBÉ! Aun así, a pesar de repetirlo, me parece mentira, si no fuera por todo lo que he sufrido, llorado y vivido en estas últimas semanas. Eso sí que es real. Eso y que ahora solo doy medios abrazos, porque siempre tengo un brazo ocupado, claro. ¿Así es la maternidad? He llorado más que en toda mi vida junta y la mayor parte de las veces ni si quiera sabía por qué lo hacía, solo era un sentimiento fantasma y profundo que no podía detener, aunque si hay algo que destacar es la soledad, la sensación infinita de soledad, de no poder explicar, de no poder verbalizar y de no poder evitar o delegar todo ese dolor. La incomprensión exterior y ese apoyo que no estaba ahí también cuentan. En el hospital, cada persona que entraba a verme era para hacerme daño, la vía, los tactos, las sondas, la epidural, la cesárea y todo eso no mejora tras dar a luz. De repente te enfrentas a una imagen frente al espejo que no reconoces; hinchada, envejecida, cansada ...