Nos movemos constantemente entre tareas, estímulos, reuniones, visitas aquí o allí, pero ¿cuándo fue la última vez que te detuviste de verdad? Y no me refiero a parar para mirar el móvil o consultar la agenda, sino simplemente para estar. Porque en medio del ajetreo, la prisa y las mil tareas que debemos llevar a cabo (tanto en el ámbito personal como en el laboral), a menudo olvidamos el poder de la quietud en el movimiento y algo así como el simple acto de caminar se convierte en nuestro mejor refugio. Porque caminar parece algo tan básico ¿verdad? Pero en cada paso se esconde la llave para volver a tu centro, para aclarar tus ideas y para encontrar la serenidad que buscas.
Es por eso que hay personas que organizan este tipo de meditaciones en movimiento o excursiones tipo senderismo pero en silencio, como Beatriz en Valencia, para ofrecerte estos pequeños espacios de quietud mental, de meditación y de reparación. Y cuando pienso en esto me viene a la mente la película "Pretty woman" ¿te parece raro? Es que recuerdo perfectamente esa escena, ya hacia el final, en la que Richard Gere está caminando descalzo por el parque mientras toma una decisión trascendental sobre su presente y su futuro profesional y me parece muy gráfico. Él buscó ese momento de quietud y de parón en su vida para recuperar esa esencia maquillada con los años y el trabajo.
Vamos a llamar a esto "paseo consciente", porque caminar tranquilamente nos puede proporcionar una calma que nos permita atender a nuestra respiración o a las sensaciones que se van produciendo durante el paseo, activando nuestro sistema nervioso parasimpático y, en suma, creando un espacio de calma mental y de paz, algo valiosísimo hoy en día.
Así, tras uno de estos paseos de meditación, nuestros niveles de cortisol se reducen, igual que nuestra ansiedad y esto también nos ofrece beneficios como una mejora en la calidad del sueño. Es decir, que conseguiríamos una sensación general de bienestar, más efectiva incluso que si solo practicamos alguna actividad física.
El Paseo como Herramienta de Conexión y Bienestar
Un paseo tranquilo tiene beneficios significativos, tanto físicos como mentales, por ejemplo: mejora la salud cardiovascular, aumenta la densidad de materia gris en áreas relacionadas con la atención, la regulación emocional y la memoria (esto se ha probado a través de neuroimagen). Esto significa que aporta claridad mental, por lo tanto, te ayuda a procesar desafíos y a mantener la perspectiva. También puede potenciar la creatividad y reducir el ruido mental o ese pensamiento repetitivo sobre problemas que a veces nos asalta.
Sentir esa conexión cuerpo y mente real es fundamental, porque a menudo parece que vivamos en nuestra cabeza y estemos completamente desconectados del resto. Sin embargo, el paseo consciente nos obliga a prestar atención a las sensaciones físicas de cada paso: al pie tocando el suelo, al movimiento de las piernas, a los brazos, a nuestra respiración. Y es esta atención la que mejora nuestra propiocepción o capacidad del cuerpo para sentir su posición en el espacio.
Deberías probar este tipo de conexión profunda con tu cuerpo, este tipo de anclaje al momento presente, al ahora, verás como hay una disminución en la tendencia a divagar en preocupaciones pasadas o futuras. Y esto nos ayuda a ser más conscientes de nuestras señales corporales, como hambre, cansancio, tensión, algo que debería llevarnos a decisiones más saludables. Así que déjate llevar, busca un entorno tranquilo y deja que el cuerpo marque su propio ritmo. Presta atención a tu entorno, a los sonidos, a los olores, a las texturas, a la gente si la hay. Disfruta.
Caminar en silencio libera endorfinas y otros neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, así que mejorará significativamente tu estado de ánimo y tu sensación de bienestar.
Variaciones del paseo: siempre a tu propio ritmo
Hay diferentes tipos de paseo y seguro que te das cuenta de que en un día muy ajetreado, en el que te encuentras nervioso o estresado, tu ritmo está acelerado, pero según vas respirando verás que poco a poco ese ritmo baja y te sientes más calmado.
Y es que caminar para despejar la mente es muy recomendable y todos lo hemos hecho en algún momento; antes de decisiones importantes, después de días agotadores, para sentirnos más activos y positivos o cuando hemos necesitado un pequeño momento de paz mental o como huida de nuestro día a día. Y, lo que es mejor, las soluciones han surgido de forma natural. A mí me gustaba hacerlo de noche, porque cuando vivía en Valencia mis días eran agotadores, apenas tenía tiempo para nada y cuando me quería dar cuenta ya estaba anocheciendo, así que muchas veces solo cogía mis zapatillas y salía a caminar por el cauce del río o a correr, cuando mi nivel de actividad física era mucho más alto que ahora.
Esos momentos eran muy valiosos para mí y me ayudaban a desconectar, a apaciguar mi mente, a calmarme, como si fueran un reset cerebral. Por eso, por esa necesidad de detener el tiempo y de encontrar mi espacio de tranquilidad diaria, el hecho de salir a pasear se convirtió en un hábito necesario para mí.
Pero no pienses que hace falta mucho tiempo porque solo 20 minutos ya son útiles y valiosos. Y, si no puedes trasladarte o no tienes ningún parque cerca, puedes incluso andar por las calles de tu barrio, solo eso será suficiente, pero deja el móvil en casa o ponlo en modo avión. Es más, si consigues superar los obstáculos más comunes, esos "no tengo tiempo", "estoy muy cansado" y otras excusas similares, te sugiero que lo tomes como un hábito y seas constante para potenciar sus efectos y sus beneficios, sobre ti, sobre tu vida, sobre tu estado de ánimo, sobre tu salud, sobre tu claridad mental y sobre esa profunda conexión contigo mismo y con tu entorno que tanta falta nos hace hoy en día.
Cuéntame si lo has hecho y qué efectos ha tenido o solo dime cuál es tu opinión sobre todo esto, me encantará leerte.
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