Voy a contarte una historia basada en hechos reales. El despertar del monstruo La memoria es un puñal. Aún puedo sentir el aroma a café recién hecho en esa primera mañana de sábado, el sol entrando por el ventanal. Todo era paz, hasta que él habló. No se dirigía a mí. Solo comentó un titular del periódico, algo trivial sobre una tendencia social. Con un tono de juez y una media sonrisa, deslizó: "Las personas que hacen eso son ignorantes, superficiales, ¿verdad? Es una pérdida de tiempo...". Pero cuando me mostró la noticia mi corazón dio un vuelco. Yo era una de esas personas. Amaba la fotografía, una afición que él consideraba "inmadura". No me llamó ignorante. No. Me estaba señalando un grupo de personas para que yo, por temor a pertenecer a él, me moldeara . Yo ya había visto esa misma técnica en su madre después de que él se pusiera la pulsera que yo le regale. Ella la miró con desdén y dijo "las personas que llevan esas pulseras no tienen nada de clase, s...
Hay momentos en los que la cabeza va por libre y sabes que no te pasa nada “grave”, pero estás agotada, dispersa, en piloto automático. Te enfadas por tonterías, te cuesta concentrarte y, si te paras un segundo, te das cuenta de que llevas meses empujando la vida como si fuera una piedra cuesta arriba. Amiga mía, estás es un momento de saturación mental . Y a partir de los 40 se vuelve más común de lo que nos cuentan. Por qué nos sentimos tan saturadas después de los 40 A esta edad ya no es solo lo que vivimos, sino todo lo que sostenemos. Y es que, con los años, nos convertimos en pilares fundamentales que cada vez soportan más cargas. Cargas visibles y cargas invisibles: trabajo, hijos, familia, casa, pareja, decisiones, gestiones, expectativas… Mientras tanto, tu cerebro, que no ha cambiado en 40.000 años, intenta sobrevivir a un entorno que no se parece en nada a lo que está preparado para soportar. Te ocurre esto: Tu sistema nervioso está siempre en alerta...