La década de los 40 es sin duda maravillosa, porque aúna ese estado maduro de la mente, una cantidad más que suficiente de experiencias vitales, un temple, una mayor capacidad de integración, más flexibilidad y un estado más reflexivo que nos ayuda a escuchar más conscientemente y a tomar mejores decisiones (en la mayor parte de los casos). En los 40 años empieza una nueva etapa. También es un buen momento para poner tu vida patas arriba, para hacer locuras, para hacer cambios, para aprender mil cosas, para viajar, para reír y para disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece. Ahora, parece que la maternidad (cada vez más tardía) encuentra en la década de los 40 su momento mágico para un desarrollo óptimo. Una maternidad tardía, sí, que algunos tachan como geriátrica pero que está demostrando ser una de las opciones más viables para muchas mujeres y parejas que necesitaban un punto adicional de seguridad emocional y financiera para lanzarse a la aventura de tener hijos. Mi maternidad ta...
Mi hija ya ha cumplido dos añitos y juntas hemos dejado atrás momentos de todo tipo, aprendiendo constantemente la una de la otra y explorando este mundo tan grande y maravilloso. Esta etapa con ella y, conmigo misma, ha sido fantástica y siento que todo lo que he hecho en este tiempo y todas las decisiones que he tomado, buenas, mejores y peores, han sido realmente constructivas y necesarias. Porque lo cierto es que curarse lleva su tiempo y con cariño y compasión todo es posible, además, ella es una niña preciosa, feliz y perfecta y eso me llena de amor y de fuerzas. Ser madre es algo muy exigente; en el momento en el que ves ese positivo tu vida cambia por completo y ya empieza a girar entorno a ese futuro bebé. Cambias tu alimentación, cambias tus costumbres, empiezas a estudiar todo tipo de cosas, empiezan las revisiones y consultas médicas (con sus analíticas, vitaminas y recomendaciones diarias) y cambia nuestro proyecto vital. Y, en el otro lado de la moneda, están las cosas a ...