Hay momentos en los que la cabeza va por libre y sabes que no te pasa nada “grave”, pero estás agotada, dispersa, en piloto automático. Te enfadas por tonterías, te cuesta concentrarte y, si te paras un segundo, te das cuenta de que llevas meses empujando la vida como si fuera una piedra cuesta arriba. Amiga mía, estás es un momento de saturación mental . Y a partir de los 40 se vuelve más común de lo que nos cuentan. Por qué nos sentimos tan saturadas después de los 40 A esta edad ya no es solo lo que vivimos, sino todo lo que sostenemos. Y es que, con los años, nos convertimos en pilares fundamentales que cada vez soportan más cargas. Cargas visibles y cargas invisibles: trabajo, hijos, familia, casa, pareja, decisiones, gestiones, expectativas… Mientras tanto, tu cerebro, que no ha cambiado en 40.000 años, intenta sobrevivir a un entorno que no se parece en nada a lo que está preparado para soportar. Te ocurre esto: Tu sistema nervioso está siempre en alerta...
Tras el éxito del artículo sobre cetosis, longevidad y autofagia , en el que te propuse un análisis e integración coherente de los avances científicos más significativos para optimizar nuestra salud, te traigo una reflexión muy actual. Porque la pregunta que yo me haría después de leerlo sería ¿y por qué para algunas personas es relativamente sencillo implementar estos cambios y disfrutar de una energía estable, mientras que para otras es un camino lleno de fatiga y ansiedad constante? Bueno, no todos somos iguales y seguro que sabes que lo que sirve para uno no funciona igual para otro, pero esta es una respuesta que a mí no me deja satisfecha, así que supongo que a ti tampoco y buscando esa sinceridad y transparencia que nos gusta tener en este espacio, te diré que el verdadero desafío no creo que esté en la dieta que tú elijas, sino en la capacidad de tu cuerpo para utilizarla eficientemente. De eso podríamos extraer que no todos disponemos de la misma flexibilidad metabólica o que ...