Ir al contenido principal

Los bancos son negocios que venden dinero




Vamos a seguir con el tema del dinero y partiremos del resumen del artículo anterior, así tanto tú como yo podemos situarnos en el mismo escenario. A ver, dijimos lo siguiente:
  • En España no hay ahorradores y somos bastante desconfiados.

  • Hemos sufrido un empobrecimiento paulatinos en pocas décadas.

  • No tenemos acceso a la vivienda (en general).

  • Las pensiones son inciertas y finitas.

  • Nuestra mentalidad no está orientada a la inversión ni tampoco al emprendimiento.

  • No somos una sociedad estamental y podemos cambiar de estatus.

  • Podemos reprogramar nuestra relación con el dinero.

  • Nuestro enfoque y nuestra responsabilidad en el proceso son cruciales.

  • Nuestras expectativas determinarán nuestro éxito.

  • El dinero está relacionado con la calidad de vida, por lo tanto, tiene un papel importante en nuestra felicidad.

  • Ser rica no significa comprar todos los caprichos de lujo que ofrecen los comerciales. Eso no es lo que hacen los ricos y su mentalidad tampoco está orientada a estos despilfarros y placeres inmediatos que nos empobrecen y nos crean dependencia.

  • Vivir al día es un gran error y nos hace vulnerables.

Dicho esto, vamos a hablar de tus expectativas respecto a invertir o de lo que crees que pasaría y voy a aventurarme a contarte por qué.

¿Qué crees que pasará si inviertes tu dinero?

Hace no muchos años, cuando empezábamos a oír hablar del trading (entendido como hacer compras y ventas de acciones para enriquecerse) empezaron a proliferar los iluminados como setas. Había cursos y libros de todo tipo, además de muchas personas que contaban las bondades de estas operaciones rápidas de las que incluso SE PODÍA VIVIR SIN TRABAJAR y ganar una gran suma de dinero.

No obstante, ellos basaban sus ingresos principales en los cursos y libros que te vendían y en los porcentajes de beneficios que obtenían cada vez que tú o personas como tú hacían compras y ventas de acciones, con independencia de que ganaras dinero o no. Es decir, cobraban por convencerte de que era la panacea y porque tú movieras tu dinero y te aventurases a jugar con él.

Pues bien, no se me ocurre ninguna forma mejor de perder dinero con más rapidez que esa, dedicándose al trading con cuatro nociones básicas que no suelen servir para nada. Y creo que mucha gente le cogió miedo a todo eso después de perder dinero con tanta facilidad. 

Las acciones son como trocitos de una empresa o producto y cuando pagas por ellas estás comprando una parte de esa empresa. Las empresas salen a bolsa para conseguir liquidez (dinero) para llevar a cabo sus proyectos (expansión, nuevos productos, cambios), pero eso no garantiza que vayan a tener éxito. Además, hay empresas de muchos tipos, por ejemplo Coca Cola. Es una empresa que lleva en la bolsa desde 1919, lo que significa que tú puedes consultar sus movimientos desde entonces. Esto te da seguridad, información y te ofrece confianza. Además, piensa en su producto principal, esa bebida que compramos llueva o nieve, seamos ricos o pobres y esto nos dice que la compañía muy probablemente seguirá creciendo.

Por otro lado, aunque puedas trazar una línea ascendente desde 1919 hasta nuestros días, eso no significa que las ganancias sean constantes, porque verás que hay picos de subidas y de bajadas, según diferentes acontecimientos. Por eso, si tú inviertes sin saberlo en un pico de subida, quizás después haya una caída prolongada y te cueste dos años obtener algún beneficio ¡esto podría pasar! Y si vendes cuando el precio de las acciones cae, por miedo, habrás perdido dinero, así de fácil.

Hace poco comentaba con un amigo que si hubiéramos comprado oro o plata hace 20 años, ahora tendríamos una buena suma de dinero y así es. Por eso algunos autores dicen que el momento ideal para comprar era hace 20 años y el siguiente mejor momento es ahora. Esto quiere decir que no todas las operaciones tienen que ser tan rápidas como el trading pretende, pero claro, entonces ya no sería trading y que no siempre se pierde dinero. De hecho, hay muchas opciones más conservadoras y que nos pueden aportar beneficios porque tampoco todo en la bolsa es tan arriesgado.

Otro ejemplo estable es el S&P 500 (el índice Standard & Poor's), un índice que hace referencia a las 500 mejores empresas de EEUU y que es bastante representativo de la situación del mercado en general. Digo que es un ejemplo estable porque al tratarse de 500 empresas es muy difícil que quiebren las 500 o que todas tuvieran pérdidas en un mismo momento. Es decir, que tu dinero no iría destinado a comprar acciones de una única empresa, con lo que el riesgo se diluye en esas 500 opciones y, de paso, las opciones de beneficios aumentan. De hecho, también puedes ver que sus estadísticas tienen más de 15 años y que responden a una línea ascendente. Este tipo de información te puede ayudar a comprender lo que cabría esperar de esas acciones ¿no te parece? Por eso, comprar acciones de este tipo, vamos a decir, más conservadoras, sigue siendo una buena inversión y que te reportará interesantes ingresos, aunque no de un día para otro.


También hay otros muchos productos igualmente conservadores, como índices mundiales o incluso el Ibex 35 podríamos considerarlo también así, aunque con un rendimiento un poco más bajo. Además, hay empresas que son líderes en su sector o las únicas que fabrican algo en concreto y eso también las convierte en "más seguras" para la inversión. Amén de otros tipos de inversiones bastante interesantes, pero de los que ya hablaremos más adelante.

¿Cuáles son las alternativas a invertir?

Al principio te decía que ahorrar dinero es como no haber entendido del todo cómo funciona esto. Porque ahorrar debería tener solo una intención y es la de enfrentar imprevistos si surge cualquier problema. Por eso hay personas que se han dedicado a calcular cuál sería ese ahorro ideal que deberíamos conservar en nuestras cuentas bancarias y parece que hay un consenso entre ellos. Así que, calcula cuánto dinero gastas en un mes y multiplícalo por tres, ESE SERÁ TU FONDO DE COBERTURA (si lo prefieres puedes subirlo a 5 o 6 meses por tu tranquilidad) o lo que tendrás que tener de forma permanente en el banco. Y si pierdes tu trabajo o tienes cualquier percance laboral, podrás asumir tu gastos durante tres meses, que debería ser el tiempo que tardas en encontrar otro trabajo o en solucionar tu problema.

Más allá de ese colchón de tres meses, todo lo demás que guardemos supone una pérdida de dinero y de oportunidades porque el dinero en el banco pierde valor. Y sí, ya sé que esto lo habrás oído un montón de veces, pero es que es así y debemos tenerlo muy presente: el dinero se devalúa año a año. Según sube el IPC o Índice de Precios al Consumidor, los productos básicos cuestan más dinero y nuestra lista de la compra es más cara. Hay años en que el IPC sube alrededor de un 2 %, pero llevamos varios en los que la subida ha sido mucho mayor y por eso ahora no podemos comprar lo mismo que comprábamos hace 5 años con 50 € sino muchas menos cosas en total.

Antes de que entrase el euro como nueva moneda, un salario de entre 100.000 a 150.000 pesetas era bastante bueno y al cambio son entre 600 y 900 € de ahora. El salario mínimo interprofesional en 2001 era de 72.120 pesetas o 433 € de ahora, mientras que ahora es de más 1.100 €. Echando la vista atrás ¿qué harías con un salario de 433 € hoy en día? Nada, por supuesto. Pues el cambio se produjo en 2002 así que estamos hablando de tan solo 22 años en los que el SMI ha pasado de 433 a 1.100 € ¿te imaginabas un cambio tan exagerado? Ahí es a donde quería llegar, solo para que veas que la devaluación del dinero es realmente muy rápida y si simplemente lo guardas o lo ahorras, te estás haciendo un flaco favor.

Acumular tu dinero en el banco no te va a reportar ningún beneficio, aunque ahora parece que quieran volver a ofrecernos cuentas mínimamente remuneradas. No olvidemos que los bancos venden dinero y tienen sus artimañas para convertirnos en esclavos de sus negocios. Y es que los préstamos, su producto estrella, se han normalizado hasta el punto de parecernos esenciales para cualquier adquisición; los pedimos para comprar un coche, para estudiar, para hacer compras (tarjetas de crédito) y, por supuesto, para adquirir una vivienda. Pero un crédito bancario en realidad nos ofrecen la posibilidad de poseer cosas que no podemos pagar, entonces ¿deberíamos tenerlas? Porque si, en lugar de comprar un coche y pasar 8 o 10 años pagándolo, esperásemos 8 o 10 años para poder comprarlo con nuestro propio dinero, todo sería muy diferente. Y nos empeñamos una y otra vez, incluso acumulando letras de unos y otros préstamos. Un lastre que deberíamos tratar de evitar, por muy normal que nos parezca, porque nos convierte en esclavos.

El crédito hipotecario es diferente y de momento vamos a dejarlo ahí, pero el resto de nuestras deudas deberían ser un objetivo principal, es decir, deberíamos intentar saldarlas lo antes posible.

Pero, volviendo al tema principal, las alternativas a invertir no son muy numerosas ni tampoco demasiado rentables. No obstante, me gustaría conocer tu opinión al respecto y saber qué esperas conseguir, económicamente hablando, en los próximos 10 años.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vivir en un pueblo con calma: maternidad, silencio y raíces

Vivir en un pueblo es una idea que a muchos de nosotros nos resultaba cada vez más atractiva, sobre todo después de la pandemia, pero no necesariamente motivada por eso. También el bullicio, los precios, la escasez de oferta inmobiliaria y otros factores han influido. Y sí, déjame decirte que siempre es una buena idea, aunque no apta para todo el mundo. La vida rural funciona a otro ritmo y eso se respira en el aire, sin duda. En algunos aspectos, es como trasladar tu paz mental a tu contexto más cercano o retroalimentar esa paz interior con un exterior acorde e inspirador. Al final ambas cosas pueden ser dependientes. Además, en la mayor parte de los pueblos hay un porcentaje de viviendas que solo se usan los fines de semana (o en vacaciones), por aquellos que huyen de las ciudades y prefieren pasar sus días de descanso en entornos más tranquilos y que les ayuden a desconectar, a dormir mejor y a disfrutar de una tranquilidad que no es fácil encontrar en los entornos urbanos. Y eso se...

Lo que me salvó cuando toqué fondo (y cómo empezar de cero sin fingir que estás bien)

Hay momentos en los que ni el café es capaz de arreglar la situación, ni las frases motivadoras, ni las ganas de seguir como si todo fuera normal, haciendo lo de siempre y dejándote arrastrar por la inercia de la vida.  Para algunas puede que el maquillaje sea un salvavidas para esconderse del mundo Pero yo no tengo ese recursos porque ni sé maquillarme ni suelo hacerlo y las pocas veces que me pongo rímel acabo frotándome los ojos antes de salir de casa. Pero ¿qué pasa cuando tocas fondo, pero tienes que seguir cuidando de otros, trabajando o sonriendo?  Es duro, lo sé, creo que en ese momento de lucidez en el que cuerpo y mente se alían para decirte que no puedes seguir así, que no puedes soportar más esa situación, que necesitas liberarte o escapar o gritar o cambiar de vida o desaparecer, es en ese momento cuando oyes el chasquido final en el pozo y entiendes que eso es y tiene que ser el final de tu caída. Porque funcionar en automático a veces te salva. Te ayuda a curart...

Cómo una rutina puede cambiar tu vida (aunque no lo creas)

Así es, tu rutina es más poderosa de lo que crees y tiene una cierta capacidad sanadora, aunque parezca que siempre usemos esta palabra con connotaciones peyorativas: la rutina. Es como decir "otra vez lo mismo", ¿no suena a algo así? Si tú también piensas de esta forma, vamos a ver si juntas podemos darle la vuelta a la maltrecha rutina y encontrar su utilidad práctica y funcional en tu vida. Cómo me salvó la rutina en plena pandemia Déjame contarte que, durante la pandemia, a mí me salvo la rutina y me aportó lucidez mental, estructura y propósito. Entonces descubrí los beneficios de una rutina diaria: estructura, enfoque y bienestar emocional. Porque en aquellos días encerrados en casa, además del desconcierto, los divorcios, las peleas y los insomnios estaban a la orden del día. De hecho, la simple (y no tan simple) prohibición de salir de casa, salvo en las situaciones imprescindibles (comprar y pasear al perro), nos estaba desquiciando. Primero, porque nunca habíamos vi...