¡Cuántas ganas tenía de escribirte! Pero lo cierto es que ser mamá es un trabajo a tiempo completo y que te ocupa las horas como si tal cosa; empiezas con el paseo y cuando te das cuenta ya la estás acostando y así, todo rodado, los días pasan con gran velocidad. Las noches también se hacen cortas, pero no hay tiempo para pasar sueño, solo algún bostezo furtivo mientras estás haciendo otra cosa. Un poco locura.
¿Vida social? Quizás dentro de un año, mientras tanto hay demasiadas cosas que hacer. ¿Morriñas? Bueno, no puedo decir que no haya cosas que eche de menos, pero realmente no son tan necesarias y es que ahora todo parece haberse quedado en un segundo plano. Supongo que, como casi todo en la vida, es cuestión de prioridades y ahora las mías son otras.
Solo un inciso: es cierto eso de que las personas que no tienen bebés no son conscientes de la cantidad de tiempo libre de que disponen.
¡Vaya! Tú y yo teníamos muchas cosas a medias que deberíamos ir retomando ¿verdad? Mientras tanto, te cuento que he firmado con otra editorial la reedición de mi libro sobre acogimiento. Ellos lo revisaron y me hicieron una crítica súper bonita, así que he aprovechado para modificarlo un poco y hacer un rediseño de portada. Así es como va a quedar:
Es más ancha porque llevará solapas y ya me han asignado a una agente para que me cuente lo que vamos a hacer y todas las acciones de promoción en las que voy a participar. ¡Qué ilusión! Realmente me apetece mucho hacer todo esto ahora y el momento es ideal a todos los niveles.
En cuanto al presente, creo que estoy muy bien y te lo digo con franqueza, aunque haya sido por la ayuda que he recibido y por eso debo dar las gracias a mi madre, al resto de mi familia, a mi psicólogo, a algún que otro profesional más y, como no, a mi hija, porque verla tan feliz y tan bien ahora me llena el corazón y me ayuda a seguir. Es la manera más fiable de saber que sí, que lo estoy haciendo bien, que tomé una buena decisión cuando me trasladé a vivir al pueblo.
Es verdad que a veces nos metemos en cuevas sin notar siquiera que está oscureciendo, pero no lo vi venir y ahora me cuesta entender cómo fui capaz de entrar o en qué estaba yo pensando para meterme ahí. En ocasiones me reprocho esa falta de sentido común, pero me perdono cuando recuerdo que no hay sentido común cuando se trata de amor. Simplemente me dejé llevar, tenía la guardia baja y lo di todo, hasta que me perdí y perdí mi todo.
Siempre me he considerado una mujer fuerte e independiente y lo soy pero, como dice mi psicólogo "eso le puede pasar a cualquiera y la decisión más importante ya la has tomado tú sola, sí que eres muy fuerte". Ahora trato de dejarlo todo atrás y de recuperarme a mí, para mí y para mi hija y, al mismo tiempo, incorporo nuevas herramientas a mi mochila que me curen, que me enseñen y que me acompañen en futuras andaduras.
La vida sigue siendo bonita y más aún con los gritos y las risas de mi peque. Me siento cada día más fuerte.
Es el momento perfecto para que incorporemos alguno de nuestros proyectos a la agenda ¿por cuál empezamos? Habíamos dejado el gimnasio a mitad (a mitad es un poco eufemismo), si quieres empezamos a movernos un poco. Después de la cesárea no he retomado el deporte, a parte de cargar los casi 9 kg de niña y de corretear tras ella, así que es un buen momento para empezar a moverse (desde cero, claro).
¿Sabes? Yo solía tener el culo bastante duro, incluso cuando estaba más pasada de peso se notaba que ahí había buena materia prima, pero después del parto ha desaparecido ¡por completo! Ahora mi culo es blandurrio del todo y me sorprende un cambio tan exagerado. Nunca me lo he notado así, lo que significa que tengo trabajo por delante.
Por otro lado, estábamos aprendiendo a comer mejor y durante el embarazo yo me hinché a comer fruta de todo tipo, me lo pedía el cuerpo y me sabía toda fabulosamente, así que puedo decir que Julia está hecha de fruta y a ella también le gusta mucho. Ahora no lo estoy haciendo tan bien porque tengo mucha sensación de hambre durante el día, varias veces y me apetece dulce constantemente, dulce y bollería, algo que por suerte no me pasaba durante el embarazo si no ahora los problemas físicos seguro que serían mayores.
Sí que he ido perdiendo peso progresivamente, sobre todo tras la retención de líquidos salvaje que me provocó la oxitocina, pero ahora estoy un poco estancada y hay dos kilos que suben y bajan de un mes para otro. Aunque no sé si podré ajustar mi dieta diaria mientras estoy dando el pecho, así que quizás pueda dejar este punto para más adelante.
Vale, los negocios. Estoy valorando otras formas de conseguir ingresos pasivos, además de algunas inversiones a largo plazo y estoy trabajando de una forma un poco peculiar. Pero te aseguro que si todo sigue yendo como hasta ahora, te explicaré mi método con pelos y señales.
Ahora mismo vuelvo a estar de alta como autónomo y trato de establecer un flujo de entrada constante de capital para que Julia y yo tengamos más estabilidad. A partir de septiembre haré algunas inversiones en publicidad y veré en qué punto estoy y cuáles son mis opciones, así que podemos hablar de esto más adelante ¿te parece? ¿Cuáles son tus estrategias para multiplicar tus ingresos?
Cuéntame tú ¿en qué momento vital te encuentras? ¿Cuáles son tus planes? ¿Qué objetivos tienes en mente? ¿Dónde quieres estar dentro de 5 años? Estoy deseando leerte.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te ha gustado? Dime cosas.