Ir al contenido principal

Y ¿tardará mucho en notarse el gimnasio?

Esta es una de las preguntas más recurrentes cuando empezamos a sudar la camiseta y lo cierto es que a mí también se me ha pasado por la cabeza. Aunque yo podría decir que ya se me nota (un poquitín), pero los 12 primeros kilos que perdí fueron relativamente rápido y ahora empieza el camino a ponerse más duro.

Quizás también te haya pasado; decides cuidarte, te pones con la dieta al 100 %, empiezas a añadir deporte y parece que los kilos se te vayan cayendo (sí, a pesar de tener más de 40 años y si lo haces bien). Los dos primeros meses es una gozada. Por un lado, debido al impacto del cambio de la dieta, ya sabes, pierdes agua retenida y el cuerpo se esfuerza por adaptarse y volver a su estado de equilibrio favorito. Y por el otro porque aumentan tus necesidades diarias y, gracias al deporte y la tonificación muscular, también aumenta tu metabolismo basal.

Pero también pasan dos cosas; la primera tiene que ver con esa adaptación de tu cuerpo ¡pobre víctima de tus decisiones! Que, después del primer susto, ya empieza a manejarse mejor con las calorías y la comida que le das y eso ralentiza el proceso. Y la segunda es que tu composición corporal empieza a cambiar. Lo que antes era más agua, más grasa y menos masa magra, ahora se está revirtiendo y eso es bueno no, buenísimo. Aunque, si eres de las que se conforman con lo que diga una báscula, vas a empezar a desesperarte un poco ¡porque podrías aumentar de peso o estancarte! Pero es temporal y relativo.

Esto se debe a que un músculo tonificado es más pesado que uno flácido y la masa magra pesa más que la masa grasa, conclusión, como ahora tienes más de la primera que de la segunda, eso que ves en tu báscula de casa es solo orientativo ¡no te agobies!

Como te dije, parece que la barrera está en las 8 semanas de entrenamiento constante, según he leído. Pero eso no significa que sea suficiente, que se te vaya a marcar ya la tableta o que debas dejarlo, solo es que en 8 semanas tu cuerpo está adaptado a esa actividad. Aprovecha para subir la intensidad.

Algunos entrenadores elaboran rutinas de entrenamiento generales para esas 8 semanas, algo bastante aburrido porque te da tiempo de aprendértelas y cansa un poco hacer siempre lo mismo. Si ese es tu caso mejor que lo afrontes como parte del reto, tendrás que inventar formas de vencer al aburrimiento. Trata de mejorar en la ejecución, anota los kilos que empleas en cada ejercicio y prueba a incrementarlos ligeramente, a ver si puedes terminar tus series con más peso. Rétate, reta a tu cuerpo.

Yo he tenido un poco más de suerte porque las 3 primeras semanas fueron más generales, pero el entrenador me fue guiando y se hicieron más amenas. Ahora estoy con otra rutina más intensa, pero esta es la última semana que la sigo y ya me la cambia ¡un lujo! Aunque él piensa que se me queda un poco corta y eso significa que la semana que viene voy a alucinar con los entrenamiento ¡miedo me da!

Y créeme que estoy muy satisfecha conmigo misma porque no decaen mis ganas de seguir y porque me esfuerzo sinceramente en cada ejercicio. Acabo cada serie con la cara roja y tirando de fuerza bruta para conseguirlo y eso me encanta (excepto cuando hago femoral tumbada ¡lo odio!). Subo el peso casi cada semana y hago alguna serie extra, como hoy en las sentadillas, pero no ha sido una sino dos series de más.

El resultado es que, si he trabajo el tren superior, me voy a la ducha con los brazos y el torso temblando y si he trabajado el tren inferior ¡me tiemblan las piernas! Pero ese es mi indicador al terminar mi rutina y lo cierto es que me recupero bien porque siempre dejo entre 2 y 3 días de descanso por cada parte (hago tren superior lunes y jueves y tren inferior martes y viernes).

Para las personas que ya están fuertes o definidas o que llevan años entrenando no creas que hay tantas variaciones en sus rutinas. Normalmente, solo incorporan pequeños cambios de mes a mes, pero hay un básico de ejercicios, que podríamos decir que son los incondicionales (como las sentadillas), que siempre van a estar ahí y el resto es en función de mejorar detalles puntuales.

Y bueno, sé que cuesta, yo misma estoy en ese "estancamiento" que te comentaba antes, pero la cinta métrica es fantástica para motivarte en estos momentos, de hecho ayer mismo vi que he perdido entre 10 y 11 centímetros en todos mis contornos (sí, de tetas también) y eso me parece muchísimo, eso y poder corroborar que soy yo y solo yo la que está esculpiendo mi cuerpo a mi gusto.

El siguiente hito, después de esas 8 semanas de adaptación, son los 6 meses. Ese es el margen que muchos entrenadores te dan para cambiar tu apariencia, aunque yo había calculado que a mí me costaría 8 meses llegar a donde quiero estar, pero con el verano y las vacaciones a la vuelta de la esquina y las Navidades ondeando en el horizonte, 8 meses no me parece tan descabellado, incluso más. Ya lo veremos, de momento solo un día detrás de otro.






Comentarios

Entradas populares de este blog

Descubriendo la mente de una persona con trastorno de la personalidad narcisista

Es teoría, este tipo de psicopatía solo afectaba al 1 % de la población y cerca del 75 % de estas personas son hombres. Es decir, que en España teníamos a casi 500.000 personas con trastorno de la personalidad narcisista o TNP y, de ellos, unos 370.000 eran hombres, que así es más fácil verlo. No obstante, hablao en pasado porque recientes estudios confirman que este porcentaje podría estar ahora mismo entorno al 20 % ¡no me puedo creer este aumento tan significativo! Pues lo cierto es que, según parece, hasta el 50 % de ellos los podemos encontrar en empresas, en puestos directivos o como jefes/dueños/socios del negocio. Creo que esto debería ser un nuevo patrón para este perfil de psicopatías ¿no te parece? Una mayoría de hombres y la mitad en puestos de responsabilidad. Y bueno, volviendo a esos 370.000 que ya tenemos "censados", por decirlo de alguna forma y obviando supuestos más alarmantes, quizás podrías pensar que es casi como encontrar una aguja en un pajar ¿no? Meno...

Momento vital: mejorando

¡Cuántas ganas tenía de escribirte! Pero lo cierto es que ser mamá es un trabajo a tiempo completo y que te ocupa las horas como si tal cosa; empiezas con el paseo y cuando te das cuenta ya la estás acostando y así, todo rodado, los días pasan con gran velocidad. Las noches también se hacen cortas, pero no hay tiempo para pasar sueño, solo algún bostezo furtivo mientras estás haciendo otra cosa. Un poco locura. ¿Vida social? Quizás dentro de un año, mientras tanto hay demasiadas cosas que hacer. ¿Morriñas? Bueno, no puedo decir que no haya cosas que eche de menos, pero realmente no son tan necesarias y es que ahora todo parece haberse quedado en un segundo plano. Supongo que, como casi todo en la vida, es cuestión de prioridades y ahora las mías son otras.  Solo un inciso: es cierto eso de que las personas que no tienen bebés no son conscientes de la cantidad de tiempo libre de que disponen. ¡Vaya! Tú y yo teníamos muchas cosas a medias que deberíamos ir retomando ¿verdad? Mientras...

¡He sobrevivido a la maternidad! De momento

¡Vaya tela! He tenido un bebé ¡HE TENIDO UN BEBÉ! Aun así, a pesar de repetirlo, me parece mentira, si no fuera por todo lo que he sufrido, llorado y vivido en estas últimas semanas. Eso sí que es real. Eso y que ahora solo doy medios abrazos, porque siempre tengo un brazo ocupado, claro. ¿Así es la maternidad? He llorado más que en toda mi vida junta y la mayor parte de las veces ni si quiera sabía por qué lo hacía, solo era un sentimiento fantasma y profundo que no podía detener, aunque si hay algo que destacar es la soledad, la sensación infinita de soledad, de no poder explicar, de no poder verbalizar y de no poder evitar o delegar todo ese dolor. La incomprensión exterior y ese apoyo que no estaba ahí también cuentan. En el hospital, cada persona que entraba a verme era para hacerme daño, la vía, los tactos, las sondas, la epidural, la cesárea y todo eso no mejora tras dar a luz. De repente te enfrentas a una imagen frente al espejo que no reconoces; hinchada, envejecida, cansada ...