Que sí que sí, que esto sigue bajando. Quizás no tanto o tan rápido como al principio, pero sigue adelante. Algunos días pierdo 200 gramos, otros más y otros nada o menos, aunque claro, todavía queda mucho camino por recorrer, pero es mejor enfocarse en todo lo que ya he andado para reafirmar que estoy donde quiero estar y que el resto es cuestión de tiempo.
Esta es también la quinta semana en el gimnasio y con esto estoy disfrutando más de lo que esperaba. Es cierto que tenía ganas de recuperar estas rutinas y tuve un intento fallido que me frustró bastante, pero ahora es diferente. Fue una putada porque me hizo replantearme un poco mi auto concepto y eso no mola.
Sin embargo, en este nuevo intento quise hacerlo diferente y empecé yendo 2 veces por semana (la primera semana) y, a pesar de las agujetas, me vi mejor de lo que esperaba. Me sentí fuerte y capaz. ¿Cómo podía ser que dentro de este cuerpo maltratado durante más de 8 años todavía quedase esa sed? (Ahora entiendo eso "del sótano" que animó a Rocky Balboa a volver a boxear entrada la madurez). Incluso la semana pasada me dijo el entrenador que tengo mucha fuerza mental (crecí un palmo con este comentario, también tengo que decirlo).
Por eso, después de esa primera semana, empecé a acudir 3 días en lugar de 2 y me duró otras 2 semanas más, pero esta vez sin agujetas. Solo la sensación de tener los músculos un poco cargados, pero poco más. Parecía que la rutina se me quedase corta, increíble. Así que la semana pasada ya empecé a acudir 4 días de 7; lunes y jueves hago tren inferior ¡piernas a tope! y martes y viernes tren superior. Y también hubo otra novedad y es que la semana pasada el entrenador, con las rutinas nuevas, me añadió dominadas una vez por semana, los viernes. ¡Y la primera vez hice 3 series de 8! Estaba loca de amor hacia mí misma.
A ver, que fueron 3 series de 8 repeticiones con gomas, con asistencia y con todo lo necesario, pero oye, que las hice. Y el viernes pasado hice otras 3 series, pero 2 de 8 y una de 9 ¡y olé!
Te aseguro que no esperaba estos resultados ni tampoco esta capacidad. Yo acudo a mi hora, por inercia, sin plantearme ni si quiera si me apetece o no, eso no se cuestiona. Llego, me disfrazo de deportista, reviso los ejercicios que me tocan en el día y poco a poco voy haciendo hasta que los completo, sin distracciones ni excusas ni nada de nada. Y, al terminar con las pesas, hago las 3 series de abdominales, para ceñirme 100 % al plan.
Sin duda era cierto que somos animales de costumbres y que las rutinas nos benefician, porque nos evitan tiempo de ocio mental, saboteos y tomar decisiones. Así sabemos qué y en qué orden hay que hacer esas "tareas" diarias.
Y, por supuesto, con estos cambios han venido las lecturas relacionadas en mis ratos de descanso y varias de ellas coinciden en que hacen falta al menos ocho semanas de entrenamientos o rutinas con pesas para estar en forma ¿solo ocho semanas? ¡Pues me faltan dos más! Aunque estar en forma no es sinónimo de estar en tu peso ideal, pero es interesante. Y también he pasado ya los 21 días desde que adquirí estos nuevos hábitos.
La alimentación la llevo muy bien. Ya me he concedido pequeñas licencias en un par de ocasiones (reuniones familiares), pero no han afectado a mi peso ni a mis rutinas ni a mi determinación de seguir adelante con este nuevo estilo de vida, así que prueba superada.
Es cierto que tenemos una mente súper poderosa, aunque activarla cueste tanto.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te ha gustado? Dime cosas.