Ir al contenido principal

Echo de menos casi todo

 Jo, esto se hace un poco bola, a ratos. Es verdad que se echa de menos la cercanía de familiares, amigos y conocidos. Los cafés de los sábados, alguna cervecita improvisada y salir un poquito en general. Y no, por si te lo estás preguntando, todavía no me he apuntado a ningún grupo senderista, paseante, excursionista o que se le parezca.

Los que ya están encantados de la vida son mis gatillos ¡creo que nunca se habían adaptado tan rápido! Atila ya ha entrado en modo ronroneo las 24 horas del día. Es un gato feliz.

Oye, en serio, el tema de los contenedores en este pueblo es digno de estudio. Hay personas que caminan menos para ir cada día hasta su trabajo.

Por otro lado, he pensado que quiero acondicionar este piso para sentirme lo más cómoda posible, por lo que vuelve la idea de convertir mi casa en un vergel. Ya sé que es del año pasado o así, pero la rescato del baúl de los recuerdos para ver si esta vez se nota un poco más y añado un poco de frescura y buen rollo a mi alrededor. Un poco más, quería decir.

Eso y que igual me estoy gastando bastante pasta en decoración. Es posible, pero esto tiene una doble función: el pisito está cada vez más mono y me mantengo entretenida con cosas que no están relacionadas con el trabajo ¡para variar!

Debo decir que también estoy escuchando más música que nunca; al despertarme, al llegar del trabajo y mientras escribo. Cosas de la edad, de las mudanzas o de los nuevos principios, pero me gusta y me da mucha vida. Además, sigo cantando en cada trayecto que hago en coche, así que lo dicho, muy musical esta nueva etapa.

Y es que esta mudanza a Alcoy es como otra transición, un cambio bastante radical con muchas novedades. Y ya estoy empadronada, con DNI nuevo y el pasaporte renovado. Ahora solo me falta acudir al centro de salud que me corresponde y entregar el formulario 600 en hacienda. ¡Ay que ver la cantidad de papeleo que suponen también los cambios de residencia!

Hoy quería tener un detalle conmigo misma y he dedicado parte de la tarde-noche a cuidarme un poco. Así que he acabado de esta guisa (qué vergonya!).


Creo que todos estos potingues que nos venden tienen incluido un efecto placebo digno de estudio. Porque ¿qué puede haber mejor que quererse y cuidarse a uno mismo? Aunque tengas que esconderte por los rincones durante el proceso para que nadie pueda hacerte chantajes posteriores.

¿Otra confesión? He vuelto a comprar los tuppers de comida preparado con los que me abastecía durante el confinamiento. Lo cierto es que funcionaron muy bien y conseguí comer bastante variado sin tirar comida ni hacer compras raras. Ya tengo el cargamento en casa, con pescados, carnes, cremas y verduras. Un poco de todo para facilitarme la vida y eliminar espacio para pensar de la cabeza. Un alivio.

¿Algo bueno? Tengo un bar a 10 metros de casa y con una terracita estupenda que por supuesto ya he estrenado (la ensaladilla rusa que hacen está espectacular). El otro día salí a escribir un rato con mi portátil bajo el brazo y 4 o 5 pasos después estaba sentada en la mesa más cercana a mi puerta.

Te parecerá raro pero me gusta el jaleo de la calle, el ajetreo y trasiego de la gente a mi alrededor. Y así pasé un par de horas reescribiendo el capítulo 1 de mi próxima novela. Aunque me han hecho algunas sugerencias que me parece buena idea incorporar, por lo que es posible que hay otra sesión de reescritura.

Y ahora lo que sí que hay es sueño, así que voy a meterme entre edredones y a taparme hasta las orejas para disfrutar de una de las últimas noches frescas que quedan antes de que el verano irrumpa salvajemente.

Que descanses.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Descubriendo la mente de una persona con trastorno de la personalidad narcisista

Es teoría, este tipo de psicopatía solo afectaba al 1 % de la población y cerca del 75 % de estas personas son hombres. Es decir, que en España teníamos a casi 500.000 personas con trastorno de la personalidad narcisista o TNP y, de ellos, unos 370.000 eran hombres, que así es más fácil verlo. No obstante, hablao en pasado porque recientes estudios confirman que este porcentaje podría estar ahora mismo entorno al 20 % ¡no me puedo creer este aumento tan significativo! Pues lo cierto es que, según parece, hasta el 50 % de ellos los podemos encontrar en empresas, en puestos directivos o como jefes/dueños/socios del negocio. Creo que esto debería ser un nuevo patrón para este perfil de psicopatías ¿no te parece? Una mayoría de hombres y la mitad en puestos de responsabilidad. Y bueno, volviendo a esos 370.000 que ya tenemos "censados", por decirlo de alguna forma y obviando supuestos más alarmantes, quizás podrías pensar que es casi como encontrar una aguja en un pajar ¿no? Meno...

Momento vital: mejorando

¡Cuántas ganas tenía de escribirte! Pero lo cierto es que ser mamá es un trabajo a tiempo completo y que te ocupa las horas como si tal cosa; empiezas con el paseo y cuando te das cuenta ya la estás acostando y así, todo rodado, los días pasan con gran velocidad. Las noches también se hacen cortas, pero no hay tiempo para pasar sueño, solo algún bostezo furtivo mientras estás haciendo otra cosa. Un poco locura. ¿Vida social? Quizás dentro de un año, mientras tanto hay demasiadas cosas que hacer. ¿Morriñas? Bueno, no puedo decir que no haya cosas que eche de menos, pero realmente no son tan necesarias y es que ahora todo parece haberse quedado en un segundo plano. Supongo que, como casi todo en la vida, es cuestión de prioridades y ahora las mías son otras.  Solo un inciso: es cierto eso de que las personas que no tienen bebés no son conscientes de la cantidad de tiempo libre de que disponen. ¡Vaya! Tú y yo teníamos muchas cosas a medias que deberíamos ir retomando ¿verdad? Mientras...

¡He sobrevivido a la maternidad! De momento

¡Vaya tela! He tenido un bebé ¡HE TENIDO UN BEBÉ! Aun así, a pesar de repetirlo, me parece mentira, si no fuera por todo lo que he sufrido, llorado y vivido en estas últimas semanas. Eso sí que es real. Eso y que ahora solo doy medios abrazos, porque siempre tengo un brazo ocupado, claro. ¿Así es la maternidad? He llorado más que en toda mi vida junta y la mayor parte de las veces ni si quiera sabía por qué lo hacía, solo era un sentimiento fantasma y profundo que no podía detener, aunque si hay algo que destacar es la soledad, la sensación infinita de soledad, de no poder explicar, de no poder verbalizar y de no poder evitar o delegar todo ese dolor. La incomprensión exterior y ese apoyo que no estaba ahí también cuentan. En el hospital, cada persona que entraba a verme era para hacerme daño, la vía, los tactos, las sondas, la epidural, la cesárea y todo eso no mejora tras dar a luz. De repente te enfrentas a una imagen frente al espejo que no reconoces; hinchada, envejecida, cansada ...