El poder de la convicción o, quizás el de las creencias, supone una interesante persuasión. Un estímulo que reaviva la esperanza de tiempos mejores ¡pero que también los condiciona! Y algo así es lo que alimenta algunas de nuestras tradiciones ¿o por qué otro motivo te comes tú las uvas?
Los Celtas podían empezar de nuevo con cada luna llena, tras un ritual que les permitía dejar atrás los errores y renovar su energía para poder volver a empezar con otros retos y objetivos, con otra perspectiva y, sobre todo, con una actitud más positiva. Un acto benévolo para recordarles que es posible tener nuevas oportunidades.
Nosotros esperamos un año entero para esa renovación o para completar el listado de nuestros nuevos objetivos. Que levante la mano quien anote entre los suyos ir al gimnasio, mejorar su dieta, perder peso o estudiar inglés. Estos son los que vienen de serie con las campanadas y cada año nos repetimos que esta vez será la buena.
Pero, claro, con todo un año entero por delante es fácil despistarse, dejarse deslumbrar por otros estímulos que aparecen en el camino ¡imagínate! Estás centrada en tus dos trabajos, con un proyecto de futuro para quererte, para crecer y para garantizar tu solvencia a largo plazo, disfrutando de tu libertad y la flexibilidad que te proporciona y, de repente, todo cambia.
No es un cambio físico, es más bien algo emocional y transversal, porque cuando aparece esa nueva ilusión ¿quién se resiste a dejarse arrastrar por ella? Una ilusión que obedece a las caricias, que se rinde a los besos y que se alimenta con esas miradas que dicen que vales la pena para alguien ¡no hay nada mejor que el estado de embriaguez al que nos lleva todo eso!
Ahora estoy ebria, lo sé. Aunque me siento en ese punto cercano al 100 % en el que todavía hay retorno posible y en el que me asaltan las dudas de la sensatez y la prudencia, esos "¡ten cuidado! ¡No te expongas tanto! ¡Así te dolerá más si todo termina! ¡Espera! ¡Es pronto todavía! ¡Guarda un poco para ti!"... Pero ¿quién querría hacer las cosas a medias? Y, por otro lado ¿quién se atrevería a salir a pecho descubierto en la oscuridad cuando todavía no sabes quién hay al otro lado ni cuáles son sus armas?
No es desconfianza, es solo miedo. Siempre me pasa, me quedo paralizada durante "algún tiempo" antes de dar el salto o de retirarme dignamente. Sin duda ya lo sabes.
He brindado por cada paso que me ha llevado hasta ti, por cada casualidad, por cada conversación, por cada pequeño gesto, porque todos han culminado en esta realidad paralela que se ha abierto en nuestras rutinas. Y quizás mañana todo termine y volvamos a los días conocidos, pero aun así habrá valido la pena.
Cuando empezamos a hablar era incluso incómodo ¿recuerdas? Yo no quería decir "yo también" tras cada una de tus frases, pero el hecho de poder hacerlo no dejaba de asombrarme y opté por comentar solo la mitad de ellas. ¿Cómo entre dos personas tan distintas puede haber tanto en común? Y esos silencios se mantienen hasta ahora, porque sigo desconcertada ¿a ti no te pasa?
Quiero todo lo que me das, hasta la última gota.
Y así cumplí todos los rituales, aunque no llevé bragas rojas ni me deshice de los malos momentos del 2020 ¡para no olvidarme de nada! Tampoco dejé maletas tras las puertas porque sé que voy a viajar incluso más de lo que me gustaría y bueno, ahora que lo pienso, quizás solo cumplí con alguno suelto, pero esta vez me comí las uvas.
Aunque ¿qué deseo se puede pedir en un momento así? Porque ¿sabes esa leyenda que dice que hay hombres tan cariñosos como complacientes en la cama, que además se manejan en la cocina, que se atreven a mostrarse tal y como son y con los que, por azar, tropiezas en un momento de libertad mutua? Pues no es una leyenda.
Mi nuevo año ha empezado con muchas promesas de ser fantástico, bañado en sol y playa, cargado de energía, con trabajo, con ilusión y con tanto que ofrecer... Quiero vivir cada experiencia que me depare, buena o mala ¡lo quiero todo! Y ahora, contando ya las horas de la próxima vez.
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te ha gustado? Dime cosas.