Ir al contenido principal

Es momento de reconquistar nuestra rutina

En estas últimas dos semanas he estado sin escribir varios días, quizás estoy perdiendo un poco el norte y mis rutinas se van a pique. Es curioso cómo nos estabiliza el mantener rutinas diarias controladas y lo fácil que es entrar en caos.

El volumen de trabajo ha aumentado, lo reconozco. Terminar tarde de trabajar, con la mente muy activa por todo el día, hace que cada vez me cueste más dormir y eso significa que, las mañanas con menos compromisos, he retrasado mi hora de levantarme. Pero después están los martes, que tengo que estar activa y en el ordenador desde las 6:45 de la mañana o debería decir de la madrugada ¡un completo desastre!

Ha habido lunes en los que todavía estaba despierta a las 3 o 4 de la madrugada, por lo que despertarme sobre las 6:30 ha sido una locura ¡eso es trasnochar! Después voy todo el día del revés o me tumbo un rato sobre las 11 o me quedo dormida después de comer hasta que me despierta el móvil.

Estoy cambiando mis ciclos y desbaratándome. Tengo que plantarme, aguantar un día del tirón y acostarme a las 23:00h. Bueno, ese fue mi propósito de anoche, sobre esa hora estaba en la cama y hasta las 2 no apagué la luz, pero a las 3 la volví a encender. Después me levanté a las 8 para empezar mi marcha ¡uffff! Primer intento fallido. Y para colmo hoy me quedé dormida en el sofá entre las... 4 y las 7 de la tarde, creo.

¿A ti también te pasa? ¿Se apodera de ti la anarquía? Hay que reconquistar nuestra vida ¡casi me siento como un gamer en hogar sin ley! No me parece muy de los 40 ¡aquí mando yo!

Ya hemos pasado los primero 40 días encerrados y todo se ve diferente. Aunque todo apunta a que serán algunos más y quizás pasemos de los 50, ahora bien ¿de verdad quiero salir corriendo cuando cese el encierro?

El ver cómo todo esto empezaba a afectar a personas cada vez más cercanas lo hace más real y tangible. Nos ofrece una posibilidad directa ¿y si nos toca a nosotros? ¿Seremos también de esos que lo pasan sin darse cuenta? ¿Tenemos que ordenar nuestras cosas y prepararnos por lo que pueda pasar?

A veces pienso qué pasaría si un día llamo a la ambulancia para que me ingresen y ya no vuelvo a casa nunca más. Hace poco cambié cerradura por lo que nadie tiene ahora llave de mi piso ¿y mis gatos? ¿Qué les pasaría, cómo sobrevivirían?

¡Vaya día más tonto llevo! Todavía estoy con la regla y parece que hoy sea uno de esos días en los que se ve todo negro. Ha fallecido el hermano de un amigo y una amiga de hermana. Dos personas jóvenes y con muchas experiencias todavía por delante. Ellos se fueron y se acabó, la vida sigue para el resto del mundo. Y si fuera tu caso, si fuera el mío ¿qué pasaría?

Para mí todo dejaría de importar, sin duda, pero mis gatos, mi familia, quizás alguno de mis amigos... Ellos serían los que deberían contestar estar pregunta, no yo.

No, no creo que quiera salir corriendo de casa para hacer locuras. Creo que quiero ser prudente y replantearme mi trabajo. Creo que quiero pasar más tiempo en casa y más tiempo con mi familia, al menos cuando pueda verles con seguridad.

Sin duda habrá aventuras en el horizonte si hay un futuro para mí, pero quizás no para este año. Podría decir entonces que voy a dar este año por perdido o, al menos, para centrarlo en el trabajo y poco más.

Primer paso: mis ciclos de sueño.
Segundo paso: estar con la familia.
Tercer paso: programar un viaje a pie por el camino de Santiago.
Cuarto paso: crucero con mi hermana y mi madre.

No estaremos todos, ya no, pero saldremos de esta.

Comentarios

  1. Lo primero que tienes que hacer es quitarte de la cabeza esos pensamientos tan negros que no te hacen ningun bien, muchos besos, ya queda menos.

    ResponderEliminar
  2. Para el mundo no eres nadie, para alguien tú eres el mundo.
    Piensa en positivo que tú sabes ❤️

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¿Te ha gustado? Dime cosas.

Entradas populares de este blog

Descubriendo la mente de una persona con trastorno de la personalidad narcisista

Es teoría, este tipo de psicopatía solo afectaba al 1 % de la población y cerca del 75 % de estas personas son hombres. Es decir, que en España teníamos a casi 500.000 personas con trastorno de la personalidad narcisista o TNP y, de ellos, unos 370.000 eran hombres, que así es más fácil verlo. No obstante, hablao en pasado porque recientes estudios confirman que este porcentaje podría estar ahora mismo entorno al 20 % ¡no me puedo creer este aumento tan significativo! Pues lo cierto es que, según parece, hasta el 50 % de ellos los podemos encontrar en empresas, en puestos directivos o como jefes/dueños/socios del negocio. Creo que esto debería ser un nuevo patrón para este perfil de psicopatías ¿no te parece? Una mayoría de hombres y la mitad en puestos de responsabilidad. Y bueno, volviendo a esos 370.000 que ya tenemos "censados", por decirlo de alguna forma y obviando supuestos más alarmantes, quizás podrías pensar que es casi como encontrar una aguja en un pajar ¿no? Meno...

Momento vital: mejorando

¡Cuántas ganas tenía de escribirte! Pero lo cierto es que ser mamá es un trabajo a tiempo completo y que te ocupa las horas como si tal cosa; empiezas con el paseo y cuando te das cuenta ya la estás acostando y así, todo rodado, los días pasan con gran velocidad. Las noches también se hacen cortas, pero no hay tiempo para pasar sueño, solo algún bostezo furtivo mientras estás haciendo otra cosa. Un poco locura. ¿Vida social? Quizás dentro de un año, mientras tanto hay demasiadas cosas que hacer. ¿Morriñas? Bueno, no puedo decir que no haya cosas que eche de menos, pero realmente no son tan necesarias y es que ahora todo parece haberse quedado en un segundo plano. Supongo que, como casi todo en la vida, es cuestión de prioridades y ahora las mías son otras.  Solo un inciso: es cierto eso de que las personas que no tienen bebés no son conscientes de la cantidad de tiempo libre de que disponen. ¡Vaya! Tú y yo teníamos muchas cosas a medias que deberíamos ir retomando ¿verdad? Mientras...

¡He sobrevivido a la maternidad! De momento

¡Vaya tela! He tenido un bebé ¡HE TENIDO UN BEBÉ! Aun así, a pesar de repetirlo, me parece mentira, si no fuera por todo lo que he sufrido, llorado y vivido en estas últimas semanas. Eso sí que es real. Eso y que ahora solo doy medios abrazos, porque siempre tengo un brazo ocupado, claro. ¿Así es la maternidad? He llorado más que en toda mi vida junta y la mayor parte de las veces ni si quiera sabía por qué lo hacía, solo era un sentimiento fantasma y profundo que no podía detener, aunque si hay algo que destacar es la soledad, la sensación infinita de soledad, de no poder explicar, de no poder verbalizar y de no poder evitar o delegar todo ese dolor. La incomprensión exterior y ese apoyo que no estaba ahí también cuentan. En el hospital, cada persona que entraba a verme era para hacerme daño, la vía, los tactos, las sondas, la epidural, la cesárea y todo eso no mejora tras dar a luz. De repente te enfrentas a una imagen frente al espejo que no reconoces; hinchada, envejecida, cansada ...