Seguidos anclados en la falsa sensación de control y con miedo a lo desconocido. Todos nos hemos creído invencibles en algún momento, pero la idea de perder todo lo que creemos entender nos aterra. La sensación de que nuestro "mundo" se desmorona nos quiebra, cuando en realidad deberíamos estar dispuestos a afrontar las nuevas aventuras que se abrirán paso ante nosotros.
Los cambios y el desconcierto pueden hacer aflorar lo mejor y lo peor de las personas y no sabemos qué es lo que nos tocará contemplar en el día de mañana. Pero todo irá bien, sin duda, porque siempre será elección de cada uno el quedarse a contemplar un vaso medio lleno o medio vacío.
Lo cual me lleva a recordar que mi gata está en celo. La peluda, la última en unirse a mi manada y no deja de sorprenderme esa normalidad animal con la que se puede pedir sexo a todas horas del día o de la noche sin ningún pudor.
No me extraña que la naturaleza siga su curso, tal como decía el personaje Ian Malcolm en la película Jurassic Park, que por cierto, fue la primera que vi en el cine y con mi madre ¡fue una experiencia única! Incluso por las ratas que había en la sala comiéndose las palomitas del suelo. Es una suerte que ciertas obligaciones se hayan endurecido, al menos en lo que a higiene se refiere.
Eso no creo que cambie a los 40, ese pudor que nos obliga a retener ciertas necesidades físicas que nos aprietan bajo la ropa de lo moralmente aceptable. Curioso.
Quizás esta nueva sensación de que todo es posible, de que todo puede cambiar de un día para otro, nos libere de alguna manera.
Poco a poco vamos siendo conscientes de nuestra dependencia con el dinero, de la necesidad de poseerlo para comer, vestirnos, vivir, mantener un techo firme sobre nuestras cabeza o reproducirnos con cierta tranquilidad. Un gran pilar para mantener nuestras vidas, pero quizás pronto debamos dar prioridad a otros valores y volver a una sociedad más polarizada todavía si cabe.
¿Acaso van a cambiar nuestras prioridades o nuestra forma de afrontar la socialización normal de nuestra especie?
Si yo tuviera que pagar alguna penitencia por cada vez que me he asustado antes de afrontar algo nuevo, estaría endeudada para toda mi vida y más allá de ella. Ya lo dije antes, soy muy cobarde a priori, siempre dudo, siempre. De niña incluso lloraba, pero después de la habitual inseguridad inicial voy para allá con todo.
A parte de Jurassic Park (un antes y un después para mí), algunas de las películas que más me han sorprendido han sido las de Star Trek. No es que yo haya tenido algún tipo de experiencia sobre natural, nada de eso ni parecido, pero no puedo evitar creer que no estamos solos. Es tan poco probable que seamos el único planeta habitado como que salgamos por fin el 13 de abril ¡ni de coña!
La inmesidad del universo es impensable y las circunstancias favorables para la vida se dan en otros muchos planetas de diferentes galaxias. Otra cosa es que estemos todos a un nivel evolutivo tal que podamos comunicarnos entre nosotros o conocernos siquiera. Una pena.
Star Wars está bien, me gusta, pero no tanto como Star Trek. Aunque sé que con esta afirmación podría perder a la mitad de mis lectores. Lo siento, nadie es perfecto.
Me sorprende cómo últimamente me cuesta tanto ver una película entera, hasta siento pereza ante la idea de iniciar una nueva serie ¡me estaré haciendo vieja! ¿Puede ser? Noooooooooo.
Me apetece mucho dejarme llevar, ordenar mi cabeza, hacer listas de prioridades y otras organizaciones en general. Me apetece recuperar mi falsa sensación de control sobre mí misma para perderla siempre que me apetezca y con quien yo quiera.
Es tarde ya para plantearme en firme la idea de reproducirme, eso ya no es para mí, dejé pasar esas oportunidades y ahora debes ser otras las gratificaciones que oteen en mi horizonte.
¿Qué será lo que haremos primero?
Los cambios y el desconcierto pueden hacer aflorar lo mejor y lo peor de las personas y no sabemos qué es lo que nos tocará contemplar en el día de mañana. Pero todo irá bien, sin duda, porque siempre será elección de cada uno el quedarse a contemplar un vaso medio lleno o medio vacío.
Lo cual me lleva a recordar que mi gata está en celo. La peluda, la última en unirse a mi manada y no deja de sorprenderme esa normalidad animal con la que se puede pedir sexo a todas horas del día o de la noche sin ningún pudor.
No me extraña que la naturaleza siga su curso, tal como decía el personaje Ian Malcolm en la película Jurassic Park, que por cierto, fue la primera que vi en el cine y con mi madre ¡fue una experiencia única! Incluso por las ratas que había en la sala comiéndose las palomitas del suelo. Es una suerte que ciertas obligaciones se hayan endurecido, al menos en lo que a higiene se refiere.
Eso no creo que cambie a los 40, ese pudor que nos obliga a retener ciertas necesidades físicas que nos aprietan bajo la ropa de lo moralmente aceptable. Curioso.
Quizás esta nueva sensación de que todo es posible, de que todo puede cambiar de un día para otro, nos libere de alguna manera.
Poco a poco vamos siendo conscientes de nuestra dependencia con el dinero, de la necesidad de poseerlo para comer, vestirnos, vivir, mantener un techo firme sobre nuestras cabeza o reproducirnos con cierta tranquilidad. Un gran pilar para mantener nuestras vidas, pero quizás pronto debamos dar prioridad a otros valores y volver a una sociedad más polarizada todavía si cabe.
¿Acaso van a cambiar nuestras prioridades o nuestra forma de afrontar la socialización normal de nuestra especie?
Si yo tuviera que pagar alguna penitencia por cada vez que me he asustado antes de afrontar algo nuevo, estaría endeudada para toda mi vida y más allá de ella. Ya lo dije antes, soy muy cobarde a priori, siempre dudo, siempre. De niña incluso lloraba, pero después de la habitual inseguridad inicial voy para allá con todo.
A parte de Jurassic Park (un antes y un después para mí), algunas de las películas que más me han sorprendido han sido las de Star Trek. No es que yo haya tenido algún tipo de experiencia sobre natural, nada de eso ni parecido, pero no puedo evitar creer que no estamos solos. Es tan poco probable que seamos el único planeta habitado como que salgamos por fin el 13 de abril ¡ni de coña!
La inmesidad del universo es impensable y las circunstancias favorables para la vida se dan en otros muchos planetas de diferentes galaxias. Otra cosa es que estemos todos a un nivel evolutivo tal que podamos comunicarnos entre nosotros o conocernos siquiera. Una pena.
Star Wars está bien, me gusta, pero no tanto como Star Trek. Aunque sé que con esta afirmación podría perder a la mitad de mis lectores. Lo siento, nadie es perfecto.
Me sorprende cómo últimamente me cuesta tanto ver una película entera, hasta siento pereza ante la idea de iniciar una nueva serie ¡me estaré haciendo vieja! ¿Puede ser? Noooooooooo.
Me apetece mucho dejarme llevar, ordenar mi cabeza, hacer listas de prioridades y otras organizaciones en general. Me apetece recuperar mi falsa sensación de control sobre mí misma para perderla siempre que me apetezca y con quien yo quiera.
Es tarde ya para plantearme en firme la idea de reproducirme, eso ya no es para mí, dejé pasar esas oportunidades y ahora debes ser otras las gratificaciones que oteen en mi horizonte.
¿Qué será lo que haremos primero?
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