Ya que estamos tocando temas tabú, porque a los 40 esas cosas se desvanecen oficialmente, es el turno de las bolas chinas, que quizás te suenen de la segunda peli de 50 Sombras de Grey. Si no la has visto no te preocupes, es mucho más práctico buscar imágenes de las bolas chinas por Internet.
Es cierto que tienen una función práctica, que es fortalecer los músculos vaginales y por eso creo que las recomiendan cuando hay problemas en esa parte o pérdidas de orina. Esto lo corroboráis con el médico ¿eh? Que yo aquí, en la parte técnica, no me quiero meter tampoco. Aunque en mi opinión, si las opciones fueran hacer ejercicios específicos cada idea o llevar bolas de vez en cuando... ¡Está claro!
Vamos mejor a la parte divertida del asunto.
Esto de usar las bolas chinas es algo personal de cada una, ya sea por morbo, por fortalecer los músculos o por pura diversión del tipo "amor propio porque yo lo valgo". Esta última va a ser mi directriz favorita de los 40.
El caso es que claro, no puedes ponértelas si vas a estar sentada, porque ellas igual que el resto de tu cuerpo no se van a mover así ¿qué hay de divertido en eso?
Las bolas chinas son el complemento perfecto para salir a comprar o incluso mejor para limpiar la casa. ¿Tú sabes cuánto te mueves cuando les das a los cristales o barres las habitaciones? Eso podría ser casi un nuevo hobby a este paso ¿no te estaría mal? Ya que es algo que hay que hacer... Sería interesante dejar esos momentos de "limpieza del hogar" para cuando puedas darte un final feliz. Sin duda contarían como deporte.
Experimentar con una misma, probar cosas nuevas o formas de divertirnos y conocernos, me parece la mejor idea que se puede tener después de los 40 años. Dedicarte tiempo a ti misma ¿cuánto tiempo hace que no contemplas esto?
No te preocupes porque es un pecado común el dejarnos para el final, pero siempre hay tiempo de enmendar esto. Por ejemplo ahora.
A veces me acuerdo de los años en los que entrenaba más duro o cuando finalizaba esos entrenamientos en los que crees que vas a perecer a mitad, pero no. Te esfuerzas, te centras en llevar la cuenta y en el ahora, en el ya. Y cuando parece que vas a desfallecer resulta que ya has terminado y lo has conseguido.
La gente que no ha hecho deporte quizás no comprenda esa sensación cuando tienes la dopamina y la serotonina en niveles descomunales, parecido a después del polvo del siglo. En ese momento te sientes capaz de volar o de romper muros con la cabeza "¡que me pongan por delante cualquier obstáculo que me lo meriendo!".
Ese punto es uno de los mejores del deporte, sobre todo cuando eres capaz de extrapolar esa confianza loca en ti mismo a otras tareas o a tu trabajo. Desaparecen las quejas milagrosamente y no hay excusas, solo soluciones y trabajo. ¿Sabes cuánto tiempo perdemos en buscar culpables cuando sucede cualquier cosa, en el ámbito laboral o personal? ¿Qué sentido tiene, a no ser que sea para conseguir una solución más acorde al conflicto?
El amor propio es el segundo escalón detrás de la confianza en ti mismo y ambos los necesitas para vivir plenamente y enfrentarte a obstáculos como la minucia esta de quedarse unas semanas sin salir de casa. Olvídate de lo de siempre, así no pasará nada nuevo.
Quizás esto pueda ser un punto de inflexión para hacer el reset en tu vida. ¿Qué quieres hacer? ¿Quién quieres ser? ¿A dónde quieres llegar?
Tanto mujeres como hombres podemos ser fuertes y decididos, tomar las riendas de nuestro camino y vivir plenamente según nuestro criterio. Una decisión no desprovista de riesgo, por supuesto, pero muy gratificante... Si eso te sirve.
Fija tus metas y objetivos, divídelos en pequeñas etapas y traza la primera parte de tu nueva ruta. El resto de tu vida puede empezar ahora.
Es cierto que tienen una función práctica, que es fortalecer los músculos vaginales y por eso creo que las recomiendan cuando hay problemas en esa parte o pérdidas de orina. Esto lo corroboráis con el médico ¿eh? Que yo aquí, en la parte técnica, no me quiero meter tampoco. Aunque en mi opinión, si las opciones fueran hacer ejercicios específicos cada idea o llevar bolas de vez en cuando... ¡Está claro!
Vamos mejor a la parte divertida del asunto.
Esto de usar las bolas chinas es algo personal de cada una, ya sea por morbo, por fortalecer los músculos o por pura diversión del tipo "amor propio porque yo lo valgo". Esta última va a ser mi directriz favorita de los 40.
El caso es que claro, no puedes ponértelas si vas a estar sentada, porque ellas igual que el resto de tu cuerpo no se van a mover así ¿qué hay de divertido en eso?
Las bolas chinas son el complemento perfecto para salir a comprar o incluso mejor para limpiar la casa. ¿Tú sabes cuánto te mueves cuando les das a los cristales o barres las habitaciones? Eso podría ser casi un nuevo hobby a este paso ¿no te estaría mal? Ya que es algo que hay que hacer... Sería interesante dejar esos momentos de "limpieza del hogar" para cuando puedas darte un final feliz. Sin duda contarían como deporte.
Experimentar con una misma, probar cosas nuevas o formas de divertirnos y conocernos, me parece la mejor idea que se puede tener después de los 40 años. Dedicarte tiempo a ti misma ¿cuánto tiempo hace que no contemplas esto?
No te preocupes porque es un pecado común el dejarnos para el final, pero siempre hay tiempo de enmendar esto. Por ejemplo ahora.
A veces me acuerdo de los años en los que entrenaba más duro o cuando finalizaba esos entrenamientos en los que crees que vas a perecer a mitad, pero no. Te esfuerzas, te centras en llevar la cuenta y en el ahora, en el ya. Y cuando parece que vas a desfallecer resulta que ya has terminado y lo has conseguido.
La gente que no ha hecho deporte quizás no comprenda esa sensación cuando tienes la dopamina y la serotonina en niveles descomunales, parecido a después del polvo del siglo. En ese momento te sientes capaz de volar o de romper muros con la cabeza "¡que me pongan por delante cualquier obstáculo que me lo meriendo!".
Ese punto es uno de los mejores del deporte, sobre todo cuando eres capaz de extrapolar esa confianza loca en ti mismo a otras tareas o a tu trabajo. Desaparecen las quejas milagrosamente y no hay excusas, solo soluciones y trabajo. ¿Sabes cuánto tiempo perdemos en buscar culpables cuando sucede cualquier cosa, en el ámbito laboral o personal? ¿Qué sentido tiene, a no ser que sea para conseguir una solución más acorde al conflicto?
El amor propio es el segundo escalón detrás de la confianza en ti mismo y ambos los necesitas para vivir plenamente y enfrentarte a obstáculos como la minucia esta de quedarse unas semanas sin salir de casa. Olvídate de lo de siempre, así no pasará nada nuevo.
Quizás esto pueda ser un punto de inflexión para hacer el reset en tu vida. ¿Qué quieres hacer? ¿Quién quieres ser? ¿A dónde quieres llegar?
Tanto mujeres como hombres podemos ser fuertes y decididos, tomar las riendas de nuestro camino y vivir plenamente según nuestro criterio. Una decisión no desprovista de riesgo, por supuesto, pero muy gratificante... Si eso te sirve.
Fija tus metas y objetivos, divídelos en pequeñas etapas y traza la primera parte de tu nueva ruta. El resto de tu vida puede empezar ahora.
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