Ya nos hemos ventilado los cinco primeros días de este año nuevo 2025, en apenas un suspiro y poco ha cambiado la vida que dejábamos atrás hace ya 6, un año más que pasó y que terminó. Pero alguna cosa nueva sí que hay. El 31, buscando opciones que me permitan leer todos los días sin hacer un gran desembolso y variando en lo posible mis lecturas, encontré algo interesante. Lo cierto es que tengo una larga lista pendiente porque me encanta leer y realmente me apetece hacerlo, pero desde que soy madre, leer se ha convertido en uno de los objetivos más complicados y, hay que ser realista, el tiempo disponible para eso se reduce a las siestas de mi hija y al ratito libre que queda entre que ella se duerme y que yo caigo rendida. ¡Un despropósito cuadrar el círculo! Pero he encontrado una aplicación que me permite leer resúmenes de libros, de entre 7 y 15 páginas, de todos los temas que me apetezcan.
Esto está pensado justo para mí, no había duda.
Así que empecé con el primero la noche del 31 de diciembre y ya llevo unos 12, cosa que me encanta ¡todos me apetecen! Pero ahora viene la segunda parte: algo habrá que poner en práctica, digo yo, porque entre el crecimiento personal, la gestión del tiempo, la eficiencia en el trabajo, los negocios, el desarrollo emocional, el enriquecimiento y la productividad, esto pinta muy bien. No obstante y no es que no quiera salir de mi zona de confort, lo del club de las 5 no lo veo. No sé si conocéis el libro y su propuesta de 20/20/20 para la primera hora del día, que en este caso son las 5 de la madrugada. Yo, como no destete a la nena, lo tengo bastante mal para salir de la cama a esas horas.
Igual me he confundido y debía leer solo libros de posparto o "posmadre".
Y es que, cuando eres madres, no puedes aspirar a ser mejor, solo a ser mejor madre y sus repercusiones en el resto de tus dimensiones ya se verán.
Realmente el ser humano es un animal altamente dependiente. No hay otro en la naturaleza que precise de un periodo tan largo para se autónomo y, básicamente, para no morir en el intento (en su medio social). Nosotros necesitamos que nos alimenten, nos cuiden y nos protejan durante años antes de poder hacer vida solos. Algo que, por otro lado, cada vez se retrasa mucho más y si antes nuestros abuelos eran independientes casi en la adolescencia, ahora nos planteamos si podemos dejar a nuestros hijos solos en casa con esa edad.
Cuando empiezas a fantasear con el tipo de madre que serás piensas en esas cosas; en mi caso, en facilitar su autonomía y su desarrollo, en no hacerlo todo por ella, en respetar su propia identidad y permitir que explore, en poner límites claros y en ser firme con la disciplina. Suena todo estupendo. Pero en la práctica es muy complicado porque somos complejos y no se puede decir que a más b sea c, lo que pasa es que hay interacciones de d, e y f que pueden confundir la situación y así el resultado se distorsiona. Supongo que no me he explicado nada bien, pues así de difícil lo percibo yo cada día. Y a veces solo me queda eso, el cariño y la paciencia.
¿Sabes eso de los temibles 2 años y las rabietas que todos cuentan? Pues con apenas un año y medio ya estamos viviendo un adelanto, con la dificultad de comprensión, expresión y vocabulario que acompañan a esta edad. Así que básicamente hay que tener mucha paciencia, actuar siempre con calma y cariño y esperar un milagro. Quiero que mi calma consiga apaciguarla, como te dicen los expertos, pero el camino entre dos puntos no es recto y esa calma debe poder mantenerse en el tiempo. Bastante tiempo.
Esta etapa es complicada en sí misma porque la peque lo repite todo y entiende mucho más de lo que parece, de hecho lo demuestra dejándome boquiabierta al menos una vez al día. Estoy orgullosa de ella y me llena el corazón cada vez que la miro. Y esto significa que hay que tener mucho cuidado, que ya no se puede hablar de cualquier cosa delante de ella y que el ejemplo es importantísimo. Lo que significa que yo debo estar pendiente de mí misma para ser el mejor ejemplo que pueda ser para ella. Debo vigilar mis gestos, mi trato con las personas, la forma en que hablo a los demás o cómo soluciono mis propios conflictos.
Ser el ejemplo de alguien es un gran reto, el más complicado que recuerdo y la dificultad añadida es que no conoceré mis fallos antes, si no después, cuando vea en ella misma todo eso que intento evitar. Sí que es un gran reto, pero también un aliciente como ninguno. Por eso sé que este año no será uno más, porque debo esforzarme por ella. Porque ahora soy mamá.
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