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Tengo sobrepeso, 42 años y estoy embarazada

He empezado como creo que lo haría cualquier persona en una sesión de terapia, solo que aquí eres tú quien está al otro lado. Espero que no te importe.

Desde los 30 años sabía que mi reserva ovárica era baja; desde los 39 sabía que uno de mi ovarios (el derecho) no funcionaba; desde los 40 sabía que la maternidad no era para mí y que no quería renunciar a toda mi actividad laboral o empresarial y a los 42 me he visto valorando si quería seguir adelante o no.

Me encontraba en un momento frágil pero fuerte, porque quería cambiar de trabajo antes de que la nueva administración dilapidara todo lo que yo había hecho por la empresa en los últimos dos años y a esto se suma que también había vuelto a ir al gimnasio, con lo que estaba recuperando esa fe en mí que podía llevarme a donde yo quisiera. 

Mi chico y yo vivimos cada uno en su casa, respetando nuestros espacios y disfrutando de los ratos juntos y, bueno, tenía tres libros empezados que quería que pronto vieran la luz, mientras participaba como tutora y docente en otras actividades. Suena muy bien y lo era. Yo quería todo eso.

Y, mientras estaba construyéndome a mí misma, mi cuerpo decidió que era el momento de probar otras cosas. Pero así, sin un margen para despedidas porque, cuando aparece el positivo, tu cuerpo deja de ser tuyo y hay que tomar vitaminas, hierro, ácido fólico, DHA y lo que surja; siempre sin alcohol ni pescado crudo ni historias y es ahí cuando empiezan todos los cambios. 

Hasta ese momento, mi cuerpo y yo teníamos una relación cordial, yo no le puteaba y él a mí tampoco, pero eso se acabó. Empezaron los dolores, náuseas, acidez y esa quemazón en los pezones insoportable sin venir a cuento ¿esa parte no empieza a usarse cuando termina el embarazo? ¿Por qué ponerlo en marcha tan pronto? Comiera bien, comieran mal o no comiera, tenía síntomas y venganzas que no era capaz de identificar.

Primero fue la retención de líquidos y me hinché sin más; muñecas, tobillos, piernas, brazos y torso, me puse redonda y me entraron los siete males porque me mareaba en el gimnasio y fui bajando el ritmo hasta que tuve que tomarme un descanso. Pensaba, como todos te dicen, que son cosas del primer trimestre, que hay muchos cambios, que hay muchos riesgos y que hay que tomárselo con calma. Por eso esperaba retomar en unos meses.

Mi carácter positivo y cordial se fue amargando rápidamente ¡maravilloso! Como tenía náuseas todo el día, acababa harta de todo, no sabía qué hacer o qué comer y el dolor y los pinchazos y lo de las tetas ¡quería escapar de mi cuerpo corriendo! Y me pasaba el día de mal humor, sin querer hablar con nadie ni saber nada más que estar en casa tranquila. Por supuesto perdí la libido y las ganas de todo.

Concerté una llamada telefónica con la matrona del centro de salud y tras atenderme (cuatro días después de la solicitud) me dio cita presencial para una semana y pico después. Acudí ese día y ella, Bea, sacó una cartilla que empezó a rellenar con los datos que me iba solicitando: "nacerá posiblemente el 27 de mayo ¿quién quieres que te acompañe durante el parto?"... ¡¿Cómo?! Espera, esta mujer estaba despachando en la carnicería, "cuarto y mitad de muslo. Siguiente", pero ¿cómo que durante el parto? Vamos a centrarnos, tengo un positivo, solo eso, no corras.

Así que me dio cita para una analítica completa de sangre y orina dos meses después y me dijo que me enviarían a casa una carta para confirmar las tres ecografías a las que debía someterme en el hospital público, en las semanas 12, 20 y 38 y con eso y la nueva cartilla me fui para casa, a esperar esos dos meses hasta la analítica. ¿Así funciona esto? Pero tengo 42 años ¿y si la célula rara esta que se me ha pegado al útero es una falsa alarma? Supongo que le faltó decirme "si antes de la cita para la extracción de sangre te baja la regla, no vuelvas".

Y así llegué a casa, sin saber muy bien todo lo que se me venía encima y sin margen para un último homenaje. ¿Instrucciones? En Google, claro y anécdotas y opiniones y síntomas y otras experiencias personales, sobre todo de cuarentonas. Lo que más me preocupaba es la coherencia de todo aquello y si no estaba haciendo una barbaridad por seguir adelante, pero un momento ¿quería seguir adelante? ¿Era consciente de la situación?

Recuerdo mirar el papel con el que me limpiaba cada vez que iba al baño a hacer pis, que por cierto, eran muchas veces y nada, no había sangre. Lo hice durante semanas. Muchas. Y todo se precipitó.

Tal y como esperaba en el trabajo, el nuevo director general lo mandó todo a paseo, un ERTE y a esperar la liquidación. Por suerte, tenía una entrevista de trabajo interesante: pasé la primera reunión, pasé la segunda y claro, entendí que el proyecto que tenían en mente para el puesto que ofertaban, debía cumplir unos objetivos temporales que yo no iba a poder seguir. Ya estaba de 14 semanas y le hablé a la jefa de recursos humanos de mi situación. Finalmente me descartaron.

Lo cierto es que eso asusta. Me esperaban unos 6 meses más por delante hasta el parto y al menos 4 más de baja para recuperarme, guiándome de las bajas normativas actuales, con lo que estábamos hablando de un paréntesis de al menos 10 meses ¿cómo iba a tener un perfil atractivo para las empresas después de casi un año fuera del mercado laboral? Esa perspectiva me daba miedo y me costó varias semanas más pensar que eso no era importante, que podía autoemplearme o buscarme la vida de diferentes formas, sin que eso sea determinante.

Ya he pasado el primer trimestre sin descubrir unicornios y arcoíris entre los malestares que, además, todos son normales. Porque el embarazo es como un cajón desastre del que puede salir cualquier cosa; si te duele es normal y si no te duele también, si tienes náuseas es normal y si no las tienes también, si tienes mocos es normal y si no los tienes también. No importa lo que les digas, da igual que estés deseando huir o provocarte un estado de coma hasta el parto, todo es normal, es el embarazo, ya se pasará.

Feliz 2023.





Comentarios

  1. Feliz Año! Me alegro por ti! Pero eso si tu vida cambiará , tu mundo dará mil vueltas. Besos

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  2. Que bueno, me encanta

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