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Llegué al día 6 de mi ayuno prolongado

¡Por fin! Y ¿sabes qué? Que tengo la autoestima reforzada ¡aún no puedo creer que haya estado 6 días sin comer nada! Pero, eso sí, hoy empecé con el caldo de verduras. Lo hice yo misma, muy ligero para empezar poco a poco y, aunque técnicamente sería como romper el ayuno, en realidad son tan pocas las calorías que podré seguir beneficiándome de las ventajas positivas que me aporta.

He tomado dos tazones de caldo durante el día, uno sobre las 16:00 o casi y el otro alrededor de las 21:00. Lo malo es que hoy no he salido a pasear, pero me he movido un poco y he tenido bastante trabajo. 


Me siento bastante zen, tranquila, sin hambre, perfectamente acostumbrada, sin ansiedad... Hasta que me he tomado el primer tazón de caldo. En ese momento he empezado a fantasear con la comida de la próxima semana y con todo lo que me apetecía añadir a mi menú.

Lo que más me apetece es comer espárragos trigueros salteados ¿te lo había dicho ya? Me chiflan, me encantan y me apetecen mucho. Lo malo es que llevan demasiada fibra, por lo que tengo que esperar algunos días de ingesta hasta poder incorporarlos.

Una cosa en la que parecen coincidir médicos y expertos es que hay que retrasar también los hidratos de carbono lo más posible. Ergo tendré que empezar con grasas y proteínas. Por eso tengo ya en la nevera preparados aguacates, salmón ahumado y huevos ¡todo un manjar! Pero primero tengo que superar mañana, el séptimo y último día.

Hoy tampoco he tomado ninguna infusión, el caldo ha sido suficiente para pasar el día, con lo que puede que mis raciones de comida a partir de ahora sean un poco más pequeñas que normalmente ¡espero no tener un empacho en los días venideros!

Sin duda este experimento es una prueba física, pero más todavía un prueba psicológica.

Hace unos años leí el libro de Kílian Jornet, "Correr o morir", en el que explicaba cómo la mente superaba constantemente la capacidad del cuerpo. ¿Has escuchado alguna vez esa frase de Henry Ford que circula por ahí? Él decía "tanto si crees que lo conseguirás como si piensas que fracasarás tienes razón". Aunque tengas la respiración agitada, sueño o cansancio, si confías en ti lo suficiente encontrarás la fuerza para seguir adelante.

Está siendo un experimento bastante bueno y que me encanta haber iniciado y ahora ya, en la recta final, sé que soy más fuerte de lo que pensaba.

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