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Y pasó el fin de semana

¡Vaya tela! Los fines de semana hay que aprovecharlos al máximo ¡hay tantas cosas que hacer! Que luego vuelve el lunes y nos liamos y a mí se me ha hecho corto. Acumulo lo pendiente para el próximo.

Bueno, superadas las dos primeras semanas y con creces, dime ¿cuáles son tus sensaciones? Yo tengo la tontería subida, además de que me he hecho más selfies en estos 16 días que desde que tengo móvil. ¿Os acordáis cuando no había móviles? Hay que remontarse muy atrás, creo que yo tenía 19 años cuando tuve mi primer Motorola Startack con Airtel ¡ha llovido!

Ahora cuesta creer que hayamos podido estar sin ellos ¿verdad? Quedábamos con antelación, era solo lugar y hora y acudíamos. Pero lo mejor es cuando venían a buscarnos "¿está Vanesa? ¿Puede salir?". Lo teníamos todo.

Ahora andamos preocupados por otras cosas, es normal, todo ha cambiado desde entonces.

¿Sabes? Aparte de la pereza de conocer hombres nuevos y que te juzguen y contar y que te cuenten y valorar y permitirles profundizar en tus misterios, hay algo que no me gusta mucho y es hablar de mis gustos cinematográficos.

Y es que yo detesto ir al cine a pensar ¡a pensar! ¿Estamos locos? Tengo la cabeza en activo casi todo el tiempo; leyendo, escribiendo, buscando, comprobando las estadísticas y tomando decisiones. Prácticamente yo vivo de mi cabeza ¿por qué querría ir al cine a ver una de esas películas sin ningún efecto (ni especial ni normal) con doble fondo y mensaje subliminal que derivan en una conversación inconclusa de tres horas adicionales? ¡Ni loca!

Esas pelis están bien para un día tonto en casa, de esos con la regla en los que te cuestionas todos los misterios del universo y sacas punta de donde no hay lápices.

Yo prefiero ir al cine a desconectar la cabeza, pero sin dudarlo. Crecí con Conan y Rocky ¿qué otra cosa podría hacer? Dejarme cautivar por la acción, la imaginación, las escenas espectaculares de Avatar, aunque la peli sea predecible y de argumento vago, pero la vi dos veces en la gran pantalla.

Los Mercenarios me pareció brillante, sobre todo la primera. Con violencia de la de toda la vida y peleas de esas en las que te cansas tras 5 o 6 puñetazos ¡más realista imposible! Además, si vas a pillar a un malo con un fusil y 4 cargadores de recambio ¿de verdad crees que pegarías 3 o 4 tiros? Ni hablar ¡los descargarías hasta el final sin duda! Además de los toques de humor. Como decía ¡es brillante!

Esas pelis son las yo voy a ver al cine y por menos de esos ni me molesto. Quizás Marvel y otros superhéroes, Star Wars o Star Trek, pero poco más.

Bueno, pues explicarle esto a alguien y que no te mire como si fueras una completa ignorante es harto complicado. ¿Qué tengo que hacer mostrar mi CI de 130 cuando voy a decir algo así? Ni de coña. Por eso prefiero ahorrarme las explicaciones e ir sola al cine y me parece perfecto que muchos no compartan mis gustos, así las salas estarán más vacías y yo más cómoda para disfrutar como una enana ¿esto no va de eso?

Que por cierto, hay un tipo de películas que yo evito por encima de cualquiera y son las basadas en hechos reales y que hacen relación de situaciones duras de verdad, como las relacionadas con el Holocausto nazi. De hecho, en una ocasión un chico quiso llevarme a ver El último tres a Auschwitz.

Ya sabes ese punto de algunos chicos cuando quieren parecer tiernos o sensibles.

El caso es que yo todavía cedía con facilidad (más que ahora) y fui a verla. Bueno ¡en qué momento! Yo no podía evitar pensar que eso pasó de verdad, que hubo gente en esas circunstancias y no podía más. Antes de llegar a la mitad de la película me puse a llorar con un niño desconsolado y monté un show espectacular.

No podía calmar el llanto, intentaba relajarme y no había forma. La gente se volvía para mirarme y yo allí a moco tendido con unos lagrimones que ni en los dibujos animados. Al final me tocó desistir. le dije que nos fuéramos de allí y el pobre se quedó sin ver la peli.

Yo nunca me la he vuelto a poner.

A finales del 2015 estuve en Praga y visité varias sinagogas, entre ellas una de las más famosas, por tener junto a sí el cementerio judío más elevado y concurrido de la ciudad. Pero también tenía otra peculiaridad. Dentro, en una de las salas, están los dibujos de los niños que tuvieron aislados en los campos de refugiados y después las fechas de sus nacimientos y muertes escritas por todas las paredes. Esos dibujos son aterradores, pero cuando te paras a ver las fechas de los niños y sacas las cuentas... La mayoría eran realmente pequeños. Murieron con 4, 5, 8 años. Esa habitación estaba llena.

Salí también llorando de allí, aunque el cementerio me encantó. Me gustan especialmente estos lugares que transmiten tanta paz. En los cementerios puedes ver el amor y el respeto que una civilización guarda a sus antepasados. Me encanta visitarlos.

Nunca he comprendido que se pueda hacer turismo en campos de concentración y lugares en los que se han vivido tragedias tan grandes e irracionales. No me gustaría ver un lugar así.

Es curioso adónde me llevan las letras ¿no? ¿No estábamos hablando del fin de semana? Me pierdo. Debe ser la edad. Hoy faltan 14 días justos para mi cumpleaños en cuarentena y reconozco que me apetece un montón cumplir los 40.

Quizás más adelante me entre el agobio y quiera teñirme o hacer cualquier otra cosa para parecer más joven. Aunque no puedo decir que no le tenga miedo a envejecer... Me pasa de vez en cuando el soñar que se me caen los dientes ¡qué horror!

Pero la otra noche lo que soñé es que tenía una reunión y al llegar le daba dos besas a la mujer que me estaba esperando ¡eso sí que es vivir al límite! Me desperté con susto en el cuerpo y todo ¡increíble cómo afecta la situación caótica que nos ha tocado vivir!

Y tú ¿cómo estás viviendo estos días?

Comentarios

  1. Lo de caerse todos los dientes lo he soñado cientos de veces, pero ya me pasó.. Tengo una filosofía propia que me ha hecho conformarme con lo que veo. Ya te lo contaré cuando te llegue.
    😍

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    Respuestas
    1. Entonces quedo pendiente de escuchar esa filosofía....

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